25 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Ana Milena Joya, una heroína sin capa

@menajoya @EPMestamosahi @jorgelondodelac

Después de llevar más de un año hablando de Hidroituango, comienzan a escucharse historias poco publicitadas sobre el manejo de la crisis en la cual se vio envuelta EPM.

En una reunión en el Club Campestre de Medellín varios empresarios tocaron el tema de la contingencia. Uno de ellos, cercano a EPM, manifestó que la crisis pudo haber sido más profunda sino se hubiera contado con el liderazgo que ejerció Jorge Londoño de la Cuesta, “Él ha aguantado todo y ha puesto la cara” dijo otro empresario.

“Aquí lo que sacó ese proyecto adelante fueron varios héroes sin capa”, dijo otra persona, y se refirió a todos los empleados que trabajaron día y noche para sacar el proyecto adelante.

El empresario que puso el tema sobre la mesa agregó, “hay una persona que manejó el tema ambiental, con conocimiento, disciplina y técnica”. El empresario resaltó que en un mundo de ingenieros, trabajadores y maquinaria pesada,  una valiente mujer asumió un liderazgo absoluto. Se referían a Ana Milena Joya, Gerente Ambiental de EPM. “Ella goza de gran aceptación entre los empleados, además, ha tenido el apoyo incondicional de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos”.

El tema ambiental en la contingencia ha sido uno de los que mayor exigencia ha generado para el proyecto, en silencio, como los héroes sin capa, Ana Milena Joya se ha encargado de la recuperación del bajo Cauca, ha liderado a más 1000 personas y convocado a expertos y ambientalistas para estabilizar el tema pesquero y de biodiversidad en la zona.

El reverbero de Juan Paz consultó a una persona cercana a la junta de EPM y agregó el siguiente comentario: “Joya, ha liderado la crisis con entereza, jamás ha perdido la sonrisa que la caracteriza, en medio de tanta dificultad, su ejemplo de trabajo incansable, idoneidad y su sonrisa, se convirtieron en la esperanza y fuerza de los empleados que vivieron la contingencia”.

Estas historias demuestran que una empresa es grande no solo gracias a su infraestructura o sus ingresos; una empresa se hace fuerte gracias al trabajo anónimo de esos «Héroes sin capa».