20 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Alminar: ¡La crisis de liderazgo en Medellín, es aterradora!

PISOTEANDO LA CONSTITUCIÓN, LAS LEYES Y LA DEMOCRACRIA, CON VOS

Por José León Jaramillo Jaramillo (foto)

Manda la Constitución de 1991 que se elegirán alcaldes y gobernadores para todos los municipios, distritos y departamentos del país, para períodos institucionales de cuatro años. Con otras palabras, el constituyente no quiso permitir la reelección de dichos funcionarios para oxigenar la democracia, para evitar que un mismo grupo de politiqueros se apoderara de las contrataciones y de todos los bienes de las ciudades y de los departamentos e igualmente para que los ciudadanos pudiéremos castigar con nuestros votos, en las urnas, a los malos alcaldes y gobernadores.

Utopía del Constituyente, pues éste no previó, que los deshonestos grupos económicos de presión, los que tienen secuestrada a la contratación, lo impedirían, financiando para ello las campañas de los candidatos a esas posiciones burocráticas, con la menuda de lo que se roban, para que estos candidatos sinvergüenzas les garantizaran que la voluntad del constituyente no se cumpliría en ningún caso, si ellos, sus patrocinados, sus cómplices, llegaren a alcanzar el poder. Con estas prácticas ilícitas no solo dieron al traste con los ingresos de los municipios y de las gobernaciones sino con los derechos de los administrados, quienes son utilizados por los candidatos únicamente como idiotas útiles para hacerse elegir y reelegir, en cuerpo ajeno, con sus votos, como alcaldes y gobernadores, con miras a enriquecerse ellos mismos y de paso enriquecer a quienes los financian, a sus cómplices.

Para ser alcalde no se necesita ser un estadista, pues cualquiera puede serlo. En primer lugar, el candidato salvo que sea narcotraficante o minero ilegal debe vender su conciencia, pues como bien lo decía Álvaro Gómez Hurtado él no podía aspirar a ser siquiera alcalde de Chía, porque carecía de los multimillonarios recursos que hoy en día exige una campaña y lo segundo estar dispuestos a delinquir.

Con esos multimillonarios recursos compran votos y medios de comunicación, hoy en manos de esos mismos grupos y cuando llegan al poder despilfarran aún más centenares de millones del erario en propaganda política o en publicidad, para venderle al común la falsa imagen de que son los mejores gobernantes y que hacen bellezas por sus “representados” y de paso impulsar sus campañas.

Ese es el caso de Fajardo y de Fico, los dos embluyinados. El primero fue un alcaldito mediocre y un pésimo gobernador (A propósito: ¿En qué va el problema del embargo de sus fincas en Anapoima? ¿Cuánto valen esas fincas?) que se dedicó a enriquecer al GEA, el segundo es más competente, aunque le preocupa más ser presidente y enriquecer al GEA que los problemas de la ciudad. Ambos, desde que llegaron al poder, siguieron en campaña pensando de entrada el primero en la gobernación y luego en la presidencia, posición que casi logra malbaratando los recursos del erario y el segundo en la presidencia y ambos en reelegirse como alcalde y gobernador respectivamente, pero en cuerpo ajeno.

Fico al igual que Fajardo, desde que se posesionó en el cargo, está despilfarrando millones de los recursos públicos en propaganda oficial inútil. Es decir, publicitando tonterías, hechos ya conocidos suficientemente por el común, para que los medios, aceitados o enmermelados con esos recursos, les adelanten paralelamente, por su cuenta, unas campañas de propaganda política engañosa, para que les presten sus servicios de influenciadores como medios y aun en redes sociales. Algunos candidatos tienen lo que se llaman bodegas de influenciadores dedicados a incrementarles su imagen; en Medellín se habla de la bodega de Fico, pero la pregunta es: ¿Quién paga a los influenciadores de esa bodega?

En Colombia donde todo está regulado y nada se cumple, el artículo 4º, de la ley 29 del 15 de diciembre de 1944, más conocida como la Ley de Prensa, prohíbe expresamente “… la propaganda oficial remunerada en la prensa hablada y escrita del país…” y dispone que “… Los funcionarios que violaren esta prohibición serán destituidos…”, pues no tienen sentido publicitar nuevamente obras gubernamentales que la gran prensa ya dio a conocer.

El presidente Duque, asustado con los billones que despilfarró Santos, el Nobel de la corrupción y que aún se siguen despilfarrando, al parecer, finalmente entendió que esto no puede seguir así, cuando, recientemente, le informó al país: “…ya he firmado la directiva presidencial de austeridad, para que limitemos los gastos en publicidad y eventos, los gastos en viáticos, acabemos nóminas paralelas, tengamos mayor transparencia en la gestión e informemos periódicamente sobre la administración de los recursos del Estado”

Que un alcalde impulse la candidatura de un calanchín suyo que le garantice a él y a sus cómplices poder continuar ordeñando el erario en su favor a su salida del cargo, es conducta constitutiva de delito, como bien nos los explicó, en acertada columna, ese gran maestro del derecho penal que es el doctor Fernando Velásquez Velásquez quien, en lo pertinente, escribió: “…el burgomaestre alimenta su imagen con publicidad pagada con fondos del erario …, por lo cual sigue en campaña política y solo piensa en futuros cargos… la urbe … está otra vez invadida de costosísimas vallas y pasacalles publicitarios mediante los que se promociona, como precandidato a la alcaldía, al exsecretario Santiago Gómez (¡quien se presenta como “el de Fico”…, un desconocido aspirante a regir la ciudad… Y es que cuando se mira la agresiva publicidad, en apariencia el candidato se vale del administrador para hacer política; sin embargo, como este último permanece callado se evidencia la probable connivencia entre ambos para realizar esas actividades. De otra forma dicho: todo indica que el aspirante es un factible asociado del burgomaestre quien, de forma farota y ante los ojos de todo el mundo, injiere en política y respalda su aspiración. Comportamientos como ese están previstos como delito en el texto del artículo 422 del Código Penal –que es desarrollo de la prohibición contenida en el artículo 127 de la Constitución Política– como un atentado contra la administración pública; también, se consignan en el Código Disciplinario Único (Ley 1952 de 28 de enero de 2019, artículo 60), para el cual son faltas gravísimas relacionadas con la intervención en política (sancionadas con destitución e inhabilidad general, sean realizadas con dolo o culpa gravísima) las de “utilizar el cargo para participar en las actividades de los partidos y movimientos políticos y en las controversias políticas” y “utilizar el empleo para… influir en procesos electorales de carácter político partidista”.

¡La crisis de liderazgo en Medellín aterradora! Los candidatos para la alcaldía de Medellín dan grima, son una vergüenza para la ciudad.

No puedo votar por SANTIAGO GÓMEZ, el de Fico, porque no voy coadyuvar a la reelección de FICO (GEA) en cuerpo ajeno y, por las mismas razones, tampoco votaré Juan David Valderrama (el ex gerente de campaña de Federico Gutiérrez, ex asesor de EPM y quien además estuvo vinculado a los “maravillosos” gobiernos de Sergio Fajardo y Alonso Salazar); ni por CÉSAR HERNÁNDEZ, para evitar que ponga todos los recursos del municipio al servicio de un segunda candidatura presidencial absolutamente preciosa; ni por JUAN CARLOS VÉLEZ, no solo por el incidente que causó con su declaraciones imprudentes al diario La República, sino porque lo primero que atinó a decir, es que contaba con todo el apoyo del GEA y mucho menos por SANTIAGO JARAMILLO, por sus payasadas y por sus muy desobligantes, injustas e irrespetuosas críticas para con el  Presidente Uribe, al que los antioqueños seguiremos defendiendo a capa y espada y todos a una.

El mejor “candidato”, el que más me gusta es Daniel Quintero Calle, por su inteligencia, su claridad, por sus excelentes propuestas para mejorar la ciudad y especialmente por su plan para recuperar a EPM de las garras del régimen, como diría el Doctor Álvaro Gómez Hurtado, pero no puedo votar por él, porque hizo campaña por Petro, al lado de Claudia López, lo que me deja una apocalíptica impresión de él, por decir lo menos.

Los antioqueños no podemos votar por Daniel Quintero Calle, porque podría ser un Santos en pañales, un caballo de troya que nos inunde a EPM y al municipio de mamertos ladrones y de sindicatos resentidos, dañinos y destructores (no se me mal interprete, pues aplaudo y defiendo la actividad sindical constructiva ante la voracidad y abusos de algunos empresarios) No votaré por Daniel Quintero Calle porque es amigo de Petro y “los amigos de mis enemigos, son mis enemigos.” “Vade retro Satanpetro”

Los antioqueños amamos “el sol porque anda libre” y llevamos “el hierro entre las manos” porque en el cuello nos pesa”. Los antioqueños no permitiremos Maduros, ni tiranos petristas, en estas tierras.

Presidente Uribe: si usted quiere que los antioqueños votemos por Alfredo Ramos Maya y no gane Daniel Quintero Calle, cómo todo parece indicarlo, dígale a Ramos que nos informe a los medellinenses, si va a reelegir o no al gerentico de EMP y si su respuesta es negativa nos informe, entonces, el nombre de la persona que piensa nombrar como Gerente de esas empresas e igualmente que nos diga los nombres de las personas calificadas, HONESTAS, e independientes (técnicos) que va a nombrar como miembros de la nueva junta de EPM, la que rescatará de las manos de la delincuencia a esas empresas, para que todos los medellinenses y sobre todos las comunidades más pobres se beneficien de lo que es suyo y no unos pocos  privilegiados amigos de lo ajeno. Si lo hace le garantizo un triunfo arrollador a Ramos y si no lo hace le auguro que el triunfo arrollador será de Quintero, aunado a una abstención preocupante. ¡Amanecerá y veremos!

Coletilla 1º: La inflación empezó a dispararse y según el DANE ello se debe, en buena parte, al incremento de las tarifas de los servicios públicos, los que crecieron 4,14%, en promedio. En Medellín ese incremento es mayor y seguirá “in crescendo”, si usted vota por el de FICO, porque EPM necesita millones de dólares para cubrir los daños de la mala gestión de Hidroituango y para despilfarrar otro tanto en propaganda política, disfrazada de publicidad, entre otros gastos inoficiosos muchos.

Coletilla 2º: A raíz de los incumplimientos de centenares de mega colegios en el país, el gobernador Luis Pérez G, se pregunta: ¿Saben los que significa que 500 mil familias estén sintiendo que les están robando la plata de la educación, que no están llegando las obras? y usted, amable lector, en medio de este caos de podredumbre y corrupción: ¿va a votar por Aníbal?