DUQUE NO PUEDE SER TAN DESPREOCUPADO COMO GAITÁN, NI TAN IRRESPONSABLE COMO GALÁN Y DEBE RESPETAR A LOS ESTADOS UNIDOS.
Por José León Jaramillo Jaramillo (foto).
En todos los magnicidios, incluyendo el de los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, que han sucedido en Colombia, están involucradas las manos criminales de los Castros, apalancadas por lo peor del comunismo internacional y por los carteles de las drogas, controlados por el crimen transnacional organizado, del cual los Castros forman parte.
Mírese, por ejemplo, el caso de Gaitán. Fidel llegó a Bogotá en 1948, hace 71 años, en plena guerra fría, en compañía de un grupo de desadaptados, que se hicieron pasar por estudiantes, todos ellos agentes del comunismo internacional, con miras a sabotear la Conferencia Panamericana y lo lograron. Fidel y sus secuaces se reunieron con Gaitán el 7 de abril y concertaron con él otra cita para la 1:45 p.m., de la tarde día del magnicidio. Nada raro que Fidel y sus secuaces, unos psicópatas criminales como el Ché, hubieren presenciado y “disfrutado” el magnicidio de Gaitán, máxime cuando Fidel odiaba a Gaitán a quien tildaba de fascista, así posteriormente alegara lo contrario, como puede concluirse de las palabras del investigador Ariel Peña González, en lo pertinente: “No hay que olvidar que el partido comunista colombiano siempre repudió en vida a Gaitán, tratándolo de fascista, siendo la prueba más contundente las elecciones de 1946, en donde prefirieron apoyar a Gabriel Turbay, antes que respaldar al caudillo popular. Entonces, es grotesco como los seguidores del marxismo-leninismo ultrajan los legados de una persona que rechazó la violencia y la dictadura comunista.” (Las subrayas son mías) Ariel Peña Gonzalez. (Lea la columna).
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