Dos campesinos discutían acaloradamente, en la plaza de un pueblo, sobre cuál candidato a la Alcaldía era el que más le convenía a su municipio y al no poderse poner de acuerdo y para dirimir la discusión, acordaron formularle esa pregunta al bobo del pueblo que tenía fama de inteligente, y éste, utilizando un palito dividió en dos el bollo de un canino, abandonado en el calle y le preguntó a uno de sus interlocutores: ¿Cuál de los dos pedazos quiere?
El país como el bollo está dividido en dos grupos radicales, el de la izquierda y el de la derecha, que lo mantienen sumido en la violencia, en la inseguridad y en el subdesarrollo más impresionantes, a saber:
El primer grupo, donde hay gente buena y mala, es el de la izquierda, el de los llamados mamertos o defensores de las dictaduras cubana, venezolana y nicaragüense, grupo, con Petro a la cabeza, que considera que la dictadura del proletariado es la salvación de la humanidad y que Fidel Castro Ruz fue más grande que Jesucristo y Bolívar juntos y que los países en donde funcionan estas dictaduras son lo más cercano al paraíso, cuando la realidad nos muestra todo lo contrario, que son infiernos de miseria y de terror, controlados por tiranos asesinos y narcotraficantes y por ello no quisiera que mi Patria fuera víctima de una de ellas. (Lea la columna).
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