China debería cambiar la forma de mercadear sus productos biológicos y prohibir que se escupa en sitios públicos.
Por José León Jaramillo Jaramillo
“Combatimos a dos enemigos muy peligrosos, al coronavirus y a la ignorancia de la gente.”
¡No debemos estigmatizar a los chinos!
Los tontos que no faltan, vienen inundando las redes con videos calumniando a Bill Gates o sacando sus declaraciones o videos, para evitar pandemias, por fuera de contexto y difundiendo noticias falsas (fake news), tales como las que aseguran que la CIA, la China o Bill Gates y su fundación, crearon el coronavirus o le pagaron a un laboratorio en Wuhan, China, para que lo manipulara y que de ese laboratorio se les voló, el hoy denominado Covid-19 y contagió a la población o, algo peor, que ésta pandemia responde a planes maquiavélicos para reducir o diezmar a la población mundial, promovidos por los gobiernos, la industria, la banca, la prensa, la fundación Bill Gates, el Banco Mundial y el hospital Johns Hopkins, teoría conspirativa de una tal @demostoyruby, famosa por el tamaño de su trasero, quien utiliza como una de sus pruebas un tarro de Clorox, elaborado en el 2019, en el que se lee que dicho producto protege contra el coronavirus humano y, por lo tanto, alega que el coronavirus se conocía por esta empresa, para ella conspiradora, desde antes de que fuera creado, pasando por alto, la que dicha “conspiración” fabula, que el coronavirus humano se conoce, por lo menos, desde hace 25 años, desde el 1965, aunque no la variedad o cepa que hoy nos mantienen en cuarentena obligatoria, a la que no se refiere el tarro y si alguien tiene alguna duda que revise el libro de Tyrrell DA, Bynoe ML. Cultivation of viruses from a high proportion of patients with colds. Lancet. 1966; 1:76–77 o el de Google denominado “Síndrome agudo respiratorio severo y gripe aviar.” Pag 11, edición del 2004, obra esta última, publicada hace 16 años, en la que se lee: “Con estos se ubica el coronavirus humano OC43. Finalmente se representan los coronavirus del grupo III entre los que cabe citar los coronavirus de las aves, cuya especie tipo es el causante de la bronquitis infecciosa aviar, entre otros grupos…”. Es más, el resfriado común se debe a una variedad de coronavirus humano.
Es tal la ignorancia de esta fabuladora y difusora de mentiras, que pasa por alto que en el 2007, hace ya 13 años, el State Key Laboratory of Emerging Infectious Diseases, Departament of Microbiology, Research Centre of Infection and Inmunology, The university of Hong Kong, Hong Kong and the Special Administrative region, China, publicaron una interesante investigación en la que participaron Vicente C.C. Cheng, Susanna K.P. Lau, Patrick C. Y. Woo y Kwok Yung Yuw, que titularon (TD) Severe acute respiratory Syndrome Coronavirus as an Agent of Emerging and Reemerging Infection” ─ “El síndrome respiratorio agudo severo del coronavirus como agente de infección emergente y reemergente”─, investigación que nos da la razón cuando, en lo pertinente, los citados, afirman: “Los coronavirus son bien conocidos por sufrir recombinación genética (375), lo que puede conducir a nuevos genotipos y brotes. La presencia de un gran reservorio de virus similares al SARS-CoV en murciélagos de herradura, junto con la cultura de comer mamíferos exóticos en el sur de China, ES UNA BOMBA DE TIEMPO. La posibilidad de la reaparición del SARS y otros virus nuevos de animales o laboratorios y, por lo tanto, la necesidad de preparación no debe ser ignorada” (Mayúsculas y negrillas son del suscrito). ¿Entiende, amable lector porqué nos hacía sonar alertas Bill Gates?
Algunos científicos dicen que el coronavirus saltó de un murciélago al hombre, otros de una culebra y finalmente otros sostienen que la fuente fue un pangolín. “El análisis de muestras genéticas estrecha el cerco sobre el pangolín como posible fuente del coronavirus”, al decir del periódico El País.
Lo que nos advertía Bill Gates es que “…Si algo mata a más de 10 millones de personas en las próximas décadas, lo más probable es que sea un virus altamente infeccioso en lugar de una guerra… No los misiles sino los microbios. Hemos invertido una gran cantidad de elementos disuasivos nucleares, pero hemos invertido muy poco en un sistema para detener las epidemias. No estamos listos para la próxima epidemia…”
¿Entiende usted ahora, amable lector, lo buena persona y lo buen ser humano que es Bill Gates y cómo venía luchando y haciendo millonarias donaciones de su peculio en dólares, tanto para evitar lo que se claramente se preveía como para que se manejara debidamente una pandemia como la actual y eventualmente una peor, en el evento en que esta aconteciera? Lea lo que éste piensa:
https://elpais.com/elpais/2020/03/26/planeta_futuro/1585242011_248148.html
El coronavirus tampoco fue elaborado y mucho menos manipulado en un laboratorio. Así lo confirma una reciente investigación científica, de la clínica Scripps en California, en la que participaron Kristian G. Andrew, Edward C. Holmes y Robert F Garry, que fue publicada por la revista nauture search journal, ─ Nature Medicine ─ en su edición del 17 de marzo, bajo el título “The proximal origin of SARS-CoV-2” (El origen más cercano del SARS-CoV-2) en la que, en lo pertinente, se lee: “…Nuestros análisis muestran claramente que el SARS-CoV-2 no es una construcción de laboratorio o un virus manipulado a propósito …” “… i) selección natural en un huésped animal antes de la transferencia zoonótica; y (ii) selección natural en humanos después de la transferencia zoonótica. También discutimos si la selección durante el pasaje podría haber dado lugar a SARS-CoV-2…” Nótese que las dos hipótesis que manejan los investigadores, con ligeras variaciones en la secuencia, son transferencia zoonótica, es decir, de animales. No obstante que es un estudio muy interesante para biólogos y epidemiólogos, péguenle una leidita.
https://www.nature.com/articles/s41591-020-0820-9.
Un científico no puede mentir en esta materia, porque perdería credibilidad y quedaría más desprestigiado que un político colombiano, de esos que no es capaz de decirnos si el virus fue manipulado o sino fue manipulado, porque las técnicas de manipulación genética utilizan ciertos patrones como, por ejemplo, ciertos primers o ciertas secuencias y al manipular el virus ello deja una pequeña marca en el genoma y un experto puede saber, sin temor a equivocarse, si se manipuló o no el virus. La conclusión clara, definitiva y asertiva, del referido estudio, es que se trata de un genoma original y no manipulado.
¿Para qué van a producir Rusia, China, los Estados Unidos o Corea del Norte, un virus que tiene una capacidad letal del 2%, aproximadamente, cuando ellos tienen las secuencias y los genomas para agentes bilógicos que se produjeron durante la guerra fría, que si son letales y que podrían ser utilizados como armas biológicas de guerra? Armas que, como todos bien lo sabemos, están prohibidas. ¿Si serán tan estúpidos los chinos, los americanos y Bill Gates de producir una pandemia que está acabando con la economía de China, de los Estados Unidos y del mundo entero, para matar a 50.000 personas? Siempre es que hay mucho idiota desocupado y no solo en esta cuarentena y, por ello, además de la vacuna contra el coronavirus se debiera inventar otra, prontamente, contra la pecueca mental.
No puede uno creer en estas teorías conspirativas tan ridículas, cuando existe una explicación perfectamente racional, como la que se dejó explicada, la de que el coronavirus es un virus natural y ello es así porque las cepas o las variedades de los virus aparecen permanentemente y de manera natural, si se dan las circunstancias que las favorecen, tales como las de los mercados húmedos chinos.
Mercados húmedos chinos en los que se combinan centenares de animales vivos exóticos, tales como pangolines, ratas, murciélagos, koalas, serpientes, tortugas, distintas clases de aves, conviviendo sin control sanitario alguno, con decenas de miles de personas, que circulan descalzas o con los zapatos mojados, a la vez que, la mayoría de ellas escupe y gargajea permanentemente al suelo; mercados en los cuales las cajas que contienen los patos, gansos, pollos, palomas, culebras, tortugas, etc., se amontonan unas sobre las otras, de tal manera que los excrementos o la rila de las jaulas o cajas de arriba se esparzan sobre las cajas de abajo, creando con ello un coctel biológico impresionante y de allí, lo más seguro, es que salgan y sigan saliendo cepas o variedades de distintos virus que no sabemos aún que tan mortales puedan llegar a ser. El SARS salió del sucio mercado de Cantón y el Covid-19 del sucio mercado de Wuhan, el que finalmente fue cerrado por las autoridades chinas, a las que no debemos estigmatizar.
fotos de Wuhan:
https://www.gettyimages.es/fotos/wuhan?mediatype=photography&phrase=wuhan&sort=mostpopular
China es una gran nación y sus avances en infraestructura, en ciencia y en tecnología son impresionantes, pero muchas de sus ciudades presentan problemas de acueductos y alcantarillados y mantienen costumbres insalubres y, por lo tanto, los chinos deberían prohibirles también a sus ciudadanos que escupan y gargajeen permanentemente en todas partes, sin excepción alguna, pues lo hacen hasta sobre las mesas de los restaurantes (costumbre popular China) e igualmente prohibir que los dueños de los restaurantes laven los vegetales en las alcantarillas. https://www.clarin.com/viste/coronavirus-terribles-imagenes-mercado-origino-pandemia_0_Ff7JE-EH.html
No se puede olvidar que el virus es el campeón del oportunismo, el virus no tiene nicho, el virus no es un organismo común, pues no tiene órganos ni organelas, no es como una bacteria, ni siquiera; no es como un protozoo, como el de la malaria, que es un organismo que nace, crece, se reproduce, muere y tiene una cierta vida. El virus es un fragmento de ácido nucleico (ADN) envuelto en una membrana lipídica con proteínas insertadas. Al virus no le importa quién sea el huésped, no le importa si es un gato o un pájaro o un ser humano, no tiene inteligencia, no tiene órganos de los sentidos, no toma ninguna decisión por primitiva que sea, es simplemente el resultado de un proceso químico que destruye la célula, pero es completamente inconsciente y por eso mismo salta de una especia a la otra. Si algunas personas están expuestas a heces de ratón o de rata, esta enfermedad, este virus, puede saltar de una especia a otra y ello ocurre con frecuencia y por ello muchas infecciones que han afligido a la humanidad provienen de animales y viceversa.
Lamentablemente en China, se crearon culturalmente ─ desconociéndose entonces los peligros que dichos mercados húmedos conllevan e igualmente el hecho de que los virus pueden saltar de una especie a otra ─ las condiciones que promueven dichas infecciones virales.
De esta pandemia se van a derivar varios cambios, pero uno de los cambios que es inaplazable e inevitable es el de que la China tiene que cambiar su forma de mercadeo de productos biológicos y mientras no lo haga será una amenaza para la humanidad.
Coletilla 1. – LA MINISTRA DE JUSTICIA DEBE RENUNCIAR. La crueldad carcelaria y la desalmada desidia judicial son unas de las peores formas de tortura y de injusticia conocidas por el hombre. Me informan algunas fuentes que para nada sirvieron las medidas para liberar a los presos, pues hay muchos juzgados, como los de la época de la colonia, que aseguran que acatan las medidas pero que no las cumplen. Jueces que no trabajan y juzgados que no atienden los requerimientos de otros despachos y todo sigue igual. ¿Cuándo será que la Corte Constitucional va a poner orden? Todos somos cómplices del sistema carcelario torturador que padecemos y por ello todos los colombianos somos una vergüenza para la humanidad, la que debería despreciarnos, pues como decía Martin Luther King: “Cualquiera que acepte pasivamente el mal está igual de implicado en él como quien ayuda a perpetrarlo. Quien acepta el mal sin protestar en su contra, en realidad está cooperando con él.”
Coletilla 2. – Esta Semana Santa la imagen de Jesucristo crucificado, “la imagen de la víctima más insigne de la Justicia humana”, al decir de Carnelluti, estará para que les recuerde a los jueces su indignidad, pues “… Solo la conciencia de su indignidad puede ayudar al juez a ser menos indigno…”. Les recordará también las injusticias y los atropellos y sobre todo estará para recordarles que no se pueden lavar las manos ni prevaricar, delegando en otros, por desidia, como en su secretario o en un tercero, el sagrado de deber de juzgar. Por una justicia y un sistema carcelario decentes, renuncie ministra, renuncie.
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