Por Enrique E. Batista J., Ph. D. (foto)
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8 de septiembre: Día Internacional de la Alfabetización – UNESCO
Se reconocen varias clases de analfabetismo: tradicional (que siempre ha estado centrado en los pobres y excluidos), funcional, cultura y moral (véasehttps://rb.gy/ufcrcv) A estos se agrega en el mundo informatizado el analfabetismo digital. Por ello, hoy al hablar de analfabetismo es necesario especificar a cuál de ellos se hace referencia.
El 8 de septiembre de 2021 lo ha especificado la UNESCO como el «Día Internacional de la Alfabetización» con el objeto de enfatizar la necesaria reducción de la brecha digital, promover el acceso universal a una educación de calidad y oportunidades para todos de aprendizaje a lo largo de la vida. La alfabetización, en todas sus formas, es inseparable del derecho fundamental a la educación con calidad, al goce de los derechos humanos y a condiciones de vida con dignidad. La alfabetización digital es esencial para: promover el acceso y uso productivo, útil, ético e inclusivo de las diversas tecnologías informáticas, superar desigualdades ancestrales y enraizadas, adquirir conocimientos para una vida productiva en este siglo XXI y gozar del derecho al acceso libre a la información y al conocimiento. https://rb.gy/gceijk, https://rb.gy/ucv1bj.
Antes que la información sea convertida en conocimiento genuino se necesita que ella sea analizada por quien aprende, contextualizada, referida a situaciones concretas y validada en el marco de las experiencias y conocimientos previos. La información a la que se accede es transformada en conocimiento cierto en la medida en que la persona la reviste de significación personal y social. Este es uno de los grandes desafíos de alumnos y maestros, es también el reto que enfrentamos todos los adultos para poder entender fenómenos sociales o naturales, solucionar problemas y transformar las condiciones de vida.
En «El Día Mundial de la Alfabetización» se precisa reconocer que ella ha adquirido distintas connotaciones. Ya no se refiere, como inicialmente era, a saber leer y escribir, realizar las operaciones aritméticas básicas y poder firmar con su nombre. La alfabetización en el pasado estuvo centrada en las personas marginadas y en las que no tenían acceso a la educación. La alfabetización digital, por su parte, va dirigida a todos, sin excepción. Hoy los procesos educativos en las escuelas y fuera de ella precisan de la formación en esta alfabetización (computacional, informacional y mediática), la cual es necesaria para el desempeño en una cambiante sociedad marcada por las grandes transformaciones surgidas de la creación, distribución y acceso a la información mediante una variedad de redes y desarrollos digitales. Así, hoy el analfabetismo no está presente sólo en los pobres y excluidos sino en todos, incluso en los graduados con pergaminos universitarios.
En una democracia para ser un ciudadano personal y socialmente productivo es menester tener alfabetización digital; no basta usar software y hardware, no es suficiente ser un artesano en ellos. Se precisa, entre otras habilidades: saber leer, escribir y comprender, así como aprender comunicarse en entornos digitales y con herramientas informáticas. Se necesita, entre otros: acceder y validar información; conocer la valía y riesgos de las distintas tecnologías digitales y su apropiación y uso para el progreso propio y el colectivo; desarrollar actitudes y habilidades cognitivas para distinguir hechos de falsedades; conocer las verdades y riesgos de diversas tecnologías informáticas como Internet, las redes sociales, el Internet de las cosas y la inteligencia artificial; comprender los desarrollo e implicaciones de las revoluciones industriales; leer y escribir en formato hipertextual; conocer la naturaleza de los emprendimientos digitales y del comercio electrónico; participar del gobierno en línea; aplicar las reglas de buen comportamiento en ambientes digitales; comprender y aplicar las normas sobre plagio y derechos de autor en el mundo informatizado.
La «alfabetización digital», como concepto paraguas, engloba a la computacional, la informacional, y la mediática. Como caracterización general, se refiere al conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que es menester poseer para identificar, formular o resolver problemas con tecnologías informáticas. A la vez, se refiere a la formación necesaria que permita de manera eficiente acceder a información, validarla, comunicarla con precisión, crear y compartir contenidos de modo claro y solidario. La alfabetización digital facilita la interacción social eficaz, el desarrollo del pensamiento crítico, las habilidades y actitudes para aprender de modo permanente, y la socialización y ejercicio de una ciudadanía activa. Esta alfabetización es imprescindible dado que el código comunicacional preponderante no es ya el verbal sino el visual, auditivo o audiovisual, y porque, a la vez, se ha cambiado el lenguaje con el que se codifica la información. https://rb.gy/qn7xwm, https://rb.gy/hgyntb.
La «alfabetización computacional» se refiere a la formación para desarrollar habilidades básicas y actitudes para el uso del computador, dispositivos móviles y otras herramientas computarizadas para ser empleadas en distintos momentos de la vida diaria y en una variedad amplia de propósitos. La meta formativa consiste en lograr que cada uno comprenda el funcionamiento, cuidado, usos y limitaciones de esos instrumentos tecnológicos más allá de pensamientos estereotipados o expectativas fantasiosas. Esta alfabetización es la base para las demás.
Como caracterización general, la «alfabetización informacional» se refiere a las habilidades y las actitudes para leer y escribir en entornos mediados por las tecnologías, buscar información, comprender los contenidos en páginas web, acceder a variedad de fuentes digitales en variados formatos, procesar la información y leer, interpretar y comunicar con imágenes digitales hipermedia.
La «alfabetización mediática» se fundamenta en el desarrollo de habilidades para acceder, analizar, validar, producir y diseminar contenidos empleando distintos formatos (auditivos, textuales, icónicos y audiovisuales) de manera eficiente y efectiva con una variedad amplia de recursos digitales. Así, esta alfabetización no sólo va más allá del uso cotidiano de software y hardware sino que involucra a formas comunicativas más complejas asociadas a la reconstrucción y reinterpretación del significado de la información digital, conduciendo al análisis crítico, la creatividad, la multiculturalidad, la habilidad para colaborar y ser solidario, y al desarrollo ético de la ciudadanía digital. https://rb.gy/wnewdh, https://rb.gy/tmee2y.
La alfabetización digital permite reconstruir los procesos educativos escolares y también la recalificación o actualización de habilidades y conocimientos en el sitio de trabajo (denominada upskilling), o la reconversión laboral por cambios en la naturaleza del trabajo como resultado de la automatización (reskilling). Esta alfabetización, en las escuelas, es una meta imprescindible que va muchos más allá del área curricular de tecnologías o de informática y de asignaturas independientes.
Es un hecho evidente que no puede de ninguna manera será ocultado: necesitamos educar y formar para un mundo digitalizado con una educación que aproveche los más variados recursos que nos ofrecen los medios tecnológicos, reconociendo las ventajas, posibles limitaciones y riesgos éticos que puedan estar inmersos en las aplicaciones o usos de algunos de ellos.
El atraso de personas en la alfabetización digital puede generar en ellas temor ante la abrumadora presencia de las tecnologías informáticas y de la amplísima variedad de recursos digitales que a diario surgen. Los analfabetos digitales pueden crear un mundo distópico, irreal, fantasioso y hasta indeseable que los alejarán del pleno goce de sus derechos como ciudadanos y de la activa participación en la construcción de una sociedad democrática.
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