Al oído y en voz baja…

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• A la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, le preguntó El Nuevo Siglo cómo ha sido su relación con el presidente Duque en esta crisis. Y esta fue su respuesta:

• “Ha sido una relación muy respetuosa de parte y parte, en medio de muchas coincidencias y de algunas diferencias. Ha sido siempre respetuosa pero tiene un lunar: la semana con el pico de controversia más alto con el Presidente por si acababa o no la cuarentena (y lo que hizo fue acabarla), a mí me parece que hubo dos precedentes de abuso de poder en medio de una controversia política que son inaceptables: primero, me abrieron una investigación absurda de la Fiscalía. Esta entidad se está metiendo en una controversia que no tiene fundamento penal sino político y para eso no es la Fiscalía. Y en la misma semana, el Ejército chuza a mi esposa. Esto es inaceptable en una democracia.

• “Uno puede tener controversias y diferencias pero no puede usar los instrumentos del Estado, que están en cabeza del Presidente, para amedrentar a alguien con quien se tiene una controversia política. Ese es el gran lunar de esta relación y vino de la Presidencia, no de la Alcaldía”. 

• Pese a que el superintendente de Salud, Fabio Aristizábal, se aprovechó de la influencia del Gobierno con los grandes medios bogotanos, en su discusión con el gobernador del Magdalena Carlos Caicedo, para salir ayer en la mañana, al mediodía y en la tarde, quedó mejor parado el mandatario.

• ¿Saben por qué? Porque el gobernador se defendió con datos, nombres propios, fechas, y referencias directas a los clanes políticos que se han robado la salud en el Magdalena.

• Y algo quedó muy claro: que el súper no intervino el hospital cuando estaba en manos de los clanes políticos de Magdalena, que él como militante del Centro Democrático, los conoce.

• Y lo hizo cuando el Departamento retomó el hospital, para darle un golpe político al gobernador. Y así lo dijo Carlos Caicedo.

• Es muy fácil hablarles duro a los jefes territoriales que no son fuertes en Bogotá, y bajar la voz y agachar la cerviz ante los jefes políticos en la fría capital… ¿O no, superintendente?