Aunque los amigos áulicos de Daniel Coronel condenan a la revista Semana, por haber prescindido de sus servicios, hay otras corrientes de opinión que consideran lógica esta determinación.
¿Por qué? Por una razón elemental: Nadie invita a su casa a que lo traten mal. Así de sencillo.
Coronel informó así su despido:
«Después de 15 años de escribir en Semana me envían este mensaje de WhatsApp. Agradezco a Publicaciones Semana por haberme soportado por tanto tiempo. Mi gratitud enorme a los lectores».
Sandra Suárez, gerente general del Grupo Semana, le informó la decisión a Coronel así: «Me permito informarle que por disposiciones de la compañía, se ha decidido hacer un cambio en la columna que hasta ahora ha estado a su cargo…
«Quiero trasmitirle el agradecimiento de esta casa editorial por haber contado, durante varios años, con su contribución como columnista de opinión en Semana».
Después de que se conociera el despido de Coronel, Daniel Samper Ospina anunció que también se va:
«He tomado la decisión de renunciar a mi columna en la Semana, la revista en que me formé como periodista y aprendí a ser libre, y cuyas últimas decisiones respeto, pero no comparto. Solo gratitud por ser mi casa durante tantos años, y gratitud infinita a los lectores».
¿Todo en la vida, hasta la libertad de expresión tiene un límite?
¿Entonces Semana tenía que soportarse a Daniel Coronel escribiendo contra las políticas de la revista?
¿Qué tal que Noticias Uno tuviera un comentarista atacando a Coronel cada ocho días por sus posiciones políticas, y defendiendo a Uribe?
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