15 octubre, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

¿Cuándo nos sacudiremos de la cultura traqueta?

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Por Carlos Mario Restrepo 

Antioquia es una tierra con muchas riquezas, empezando por la calidez de sus gentes, sus hermosos paisajes, sus lindas mujeres, su gran diversidad ecológica con todos los climas, y territorio de grandes hombres y mujeres. 

Reflejamos el orgullo de que a golpe de hacha crearon y forjaron para Colombia el desarrollo de grandes empresas en diferentes frentes, tales como las textilerías, alimentos, minería, hidroeléctricas y la construcción, por solo mencionar las más importantes.

Desde principios del siglo XX personajes de la talla de don Alejandro Echavarría, gran empresario y visionario fundador de Coltejer, el hospital San Vicente de Paúl, la primera empresa de energía, la compañía de navegación aérea, primera en su género en América y el banco alemán antioqueño. Don Alejandro, padre igualmente de grandes empresarios y filántropos como su hijo Diego Echavarría Misas.

Lamentablemente hoy nadie lo recuerda ni los medios de comunicación ni las programadoras de TV como fuente de inspiración y modelo para sus novelas… Solo existen estos grandes personajes en las estanterías de viejas bibliotecas sin ningún interés para las nuevas generaciones que nacieron con todo a la mano.

Lamentablemente se mantiene eniesta la figura siniestra de Pablo Escobar Gaviria, un oscuro personaje, vergüenza ante el mundo por sus horrendos asesinatos de decenas de miles de ciudadanos inocentes.

Hoy, 30 años después de su muerte, el criminal Escobar es el faro inspirador de libretistas para sus narconovelas, para artículos de las revistas y periódicos y para los guías narcoturistas que abundan en la ciudad, quienes quieren resucitar o mantener viva la imagen de este bandido asesino que solo sembró lágrimas y terror en Colombia y especialmente en Medellín, y pésimo ejemplo para nuestros jóvenes

Luego de 30 años de su muerte, continúan las programadoras de TV buscando rating con este personaje, a quien deberíamos borrar de la mente principalmente de nuestros niños, quienes hoy conocen más de la historia de este delincuente que de los verdaderos empresarios y forjadores de nuestra historia y de nuestra Patria.

Este es el contraste: Mientras en otros países desarrollados como en el Japón se preocupan por nuevas técnicas para la educación de sus hijos, les enseñan varios idiomas y varios oficios, hasta la materia de la felicidad, aquí en Colombia seguimos alimentando la cultura «TRAQUETA» desde los medios de comunicación, con la manida disculpa de «AQUI NO PASA NADA». Y por eso, mientras tanto, nos carcome todos los días la mediocridad y la corrupción.