
Por Jorge Alberto Velásquez Peláez
Señor gobernador, qué pena molestarlo en este momento que seguramente todavía aprovecha para celebrar su triunfo, aunque quizás no deba apenarme pues es probable que no lea Usted esta carta, ya sea porque, en efecto está celebrando, o porque con gran juicio se dedica a los asuntos inminentes en la antesala de su gobernación.
Pero tercamente quiero creer que esta carta sí llegará a sus manos, o, en el peor de los casos, a las de un asistente del auxiliar de uno de sus próximos asesores. Para empezar, quiero decirle que no se desanime con los primeros párrafos pues la tristeza que le producirán desaparecerá al final gracias a la consideración que haré de muchas oportunidades para nuestra región, todas ellas predispuestas para grandes esperanzas.
¿Ha leído informes recientes sobre las exportaciones antioqueñas? Claro que sí, y debe tener la idea general de que vamos muy bien, con oro, café, flores, bananos, gulupa, confecciones, y sobre todo, con aguacates hass; le habrán informado que estamos repletos de emprendimientos, que somos ejemplo mundial en nueva revolución industrial, y que la IA palidece frente a tantas cosas que hemos hecho en Antioquia porque definitivamente en todo somos unos berracos.
Gobernador, no es así (aunque hay algunos destacados logros), no es como se lo han dicho; Ruta N no encuentra su ruta, la moda paisa dejó de tener presencia en el exterior y ha sido sustituida en el EXITO por moda de pacotilla china; en EEUU no vendemos aguacates y en Europa no será fácil competir con los peruanos; los TLC no hemos sabido aprovecharlos; empresas importantes se han marchado a otras regiones del país o han quebrado; no tenemos oferta exportable, se estancaron nuestras ventas externas, y la recuperación del mercado venezolano no la lograremos de la mano del mincomex ni de Procolombia.
Además, cuando debiéramos celebrar la existencia de una Antioquia potencia productiva y exportadora agropecuaria, observamos por el contrario importaciones de 200 millones de dólares de carne, pescado y lácteos, y la misma cifra en legumbres; y, como si fuera poco, 19 millones en café extranjero. Si ese resumen anterior de realidades decepcionantes lo ha dejado algo inquieto, tal vez le moleste más que yo le recuerde que el presidente Petro no nos quiere. Continúo.
No gobernador, el tren que prometió Luis Pérez no lo han inaugurado, pero sí dispondremos de un buen corredor exportador hacia Urabá, lamentablemente sin producción para los mercados externos. No arrugue la carta ni la tire a la papelera todavía. Le haré un resumen de nuestra posición productiva y exportadora.
Si Antioquia figurara como país en el ranking mundial de naciones exportadoras disputaría el puesto 130 con Malí, Mauritania y Uganda, todos ellos con aproximadamente 4 mil millones de dólares (ignoro al oro en esta carta); de otra parte, sus exportaciones per cápita de 570 dólares apenas representan el 10% de las chilenas, aunque éstas son la mitad de las italianas, las cuales a su vez son superadas casi nueve veces por las de Singapur.
Traduzco todo lo anterior al paisa: no exportamos, no estamos preparados para globalizarnos, no tenemos cultura exportadora, en resumen, hacemos parte del lado oscuro de esa otra luna llamada internacionalización.
En cuanto al PIB nuestro valor de casi 60 mil millones de dólares nos sitúa cerca del Congo, país 85 en ese ranking global. Somos relativamente pobres, pero, como diría un personaje muy conocido, vivimos sabroso. Y así parece, pues para titulares de prensa somos campeones mundiales y casi que incomparables. En moda nos envidian en Milán y el Superbowl se sirve con aguacates paisas. Eso decimos y nos lo creemos pues así somos.
Gobernador, quiero recordarle que los bananos y plátanos contribuyen con 650 millones de dólares, con posibilidades de aumentar si somos capaces de quitarle negocios a Ecuador, líder mundial; con 617 millones contribuye el café en grano, pero mejor que eso los 90 millones de dólares en café tostado, con más valor agregado y mejor precio; las flores de su tierra querida, las del oriente, aportan al ingreso exportador departamental 348 millones, pero podría ampliarse la producción a otras subregiones; las conservas alimenticias sumaron 193 millones, casi la misma cifra a la cual descendieron nuestras otrora exitosas confecciones; y señor gobernador, créame si le digo que las ventas de aguacate totalizaron 79 millones de dólares, lejos de los 4.296 millones de México, e incluso de Perú que exporta de esta fruta más de 1.100 millones.
Me detengo en la lista, y llamo su atención con una realidad: en la última década nada ha ocurrido en Antioquia que pueda valorarse como impactante logro en gestión para la internacionalización, y las cifras de hoy son similares a las de los últimos diez años.
Gobernador, Usted puede cambiar todo esto, y hacer del departamento una potencia exportadora al estilo de los principales distritos industriales italianos. Yo le resumo en pocas líneas su plan estratégico, pero antes le sugiero comenzar por una urgente reorientación comercial de su gran empresa, la Fábrica de Licores, cuyo rumbo pocos entienden.
Ahora sí. Con los alcaldes municipales recupere la creación de agencias subregionales de desarrollo que tendrían como función principal la identificación de potenciales apuestas productivas, nuevas, o existentes que requieran de su consolidación. Agua, miel, cacao, café tostado y molido, legumbres y hortalizas procesadas, quesos madurados, joyería, confecciones, y truchas, obviamente son solo algunos entre muchos otros renglones que Usted puede apoyar con la participación de los municipios y de inversionistas bajo paraguas de APP.
El aprovechamiento de los accesos libres a mercados abiertos por tratados de libre comercio y la recuperación del mercado venezolano con un programa propio puede considerarlos como objetivos prioritarios, al tiempo que con proyectos específicos podría Usted realizar una muy activa gestión de promoción externa para la búsqueda de recursos no reembolsables de cooperación y la concreción de inversiones extranjeras directas.
Y dígale a su gente que no invente lo que ya está inventado, que copien experiencias exitosas irlandesas o italianas y las “antioqueñicen”, y listo gobernador, a exportar. ¿Se da cuenta de lo que acabo de ahorrarle?
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