21 octubre, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Que no se enrede El Niño por líos políticos 

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Claudia Posada

Por Claudia Posada (foto) 

En el contexto del clima modificado por actividades humanas (Característica de la época geológica de impacto global llamada Antropoceno), la Organización Meteorológica Mundial (OMM) pronosticó un 90% de posibilidades de que el fenómeno de El Niño continúe durante todo el segundo semestre de 2023 y hasta enero del 2024. «La aparición de El Niño aumentará considerablemente la probabilidad de que se batan récords de temperatura y de que se desencadene un calor más extremo en muchas partes del mundo y en el océano», anunció el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas; y dijo lo mismo que otros expertos han repetido: «La declaración de El Niño por parte de la Organización es la señal para que los gobiernos de todo el mundo tomen medidas para limitar las repercusiones en nuestra salud, nuestros ecosistemas y nuestras economías. Las alertas tempranas y la acción anticipatoria de los fenómenos meteorológicos extremos asociados a este importante fenómeno climático son vitales para salvar vidas y medios de subsistencia». (Negrillas del original). 

En tal sentido es preocupante que no se esté hablando a la opinión pública de los efectos propios de la presencia de El Niño en Colombia, ampliamente, por canales regionales en particular. Y en cuanto a medios masivos tradicionales, que gocen de credibilidad por tratarse de ser reconocidos como responsables a la hora de informar de manera oportuna y seria, se espera que, si acaso no han empezado a hacerlo, tomen la iniciativa de orientar a sus audiencias en cuanto al comportamiento en los casos anunciados por las autoridades en el tema, a la vez advertir cómo influyen de negativamente ante fenómenos naturales, o su aceleración, cierto tipo de actividades. El Niño se asocia al aumento de precipitaciones en algunas zonas de Suramérica, lo mismo que en “provocar graves sequías en Australia, Indonesia, partes del sur de Asia, Centroamérica y el norte de Sudamérica”, según lo divulgado por la misma OMM.  

Por su parte, la Subdirección de Meteorología del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, IDEAM, justamente a finales del mes de julio presentó un informe de predicción climática a corto, mediano y largo plazo para nuestro país. Sus funcionarios, dedicados a investigaciones y análisis propios, lo mismo que al tenor de otros publicados por  instituciones que trabajan en la misma órbita, publicaron  que, “..el comportamiento esperado del clima en Colombia para los próximos seis meses no solo estará influenciado por el ciclo estacional típico de la época del año, de oscilaciones de distinta frecuencia como las ondas intraestacionales y ecuatoriales, sino también por la evolución de la actual condición de El Niño en la cuenca del océano Pacífico tropical y la condición cálida del océano Atlántico..”. 

Por estos días, la ministra del Ambiente, Susana Muhamad, convocó al país a ponerse el chip de emergencia para enfrentar El Niño; ella, con el director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) lideraron un encuentro para hacer seguimiento y afinar acciones frente a la llegada del fenómeno de El Niño a Colombia. El mencionado programa hace parte de un paquete de acciones para estar preparados; así, el gobierno nacional instauró la Mesa de Alto Nivel compuesta además por los Ministerios de Salud, Defensa, Agricultura, Educación, Minas y Energía, Vivienda, Transporte, Ambiente, el IDEAM y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, UNGRD, con enfoque en fenómeno de El Niño 

Como los gobernadores y alcaldes son los conductores del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo en su nivel territorial y son los responsables de la implementación de procesos de conocimiento y reducción del riesgo, al igual que del manejo de desastres, se aprovechó en el marco del Encuentro Nacional de Gestión del Riesgo, hacer un llamado al país “para anticiparse frente a los posibles efectos de El Niño y a crear respuestas con las comunidades para actuar como si ya nos encontráramos en la emergencia en ruta de prevención”. Bien sabido entonces que con los fenómenos naturales no es jugando, tampoco en resistiéndonos por llevar la contraria; estos no pueden cogernos por sorpresa sin saber enfrentarlos para disminuir consecuencias que pueden ser muy graves, inclusive, porque además depende en dónde nos encontramos, los recursos a mano y circunstancias del entorno, todo lo cual influye en la capacidad de respuesta. 

“Pongámonos el chip de que ya estamos en emergencia y debemos movilizar a la población, concientizarla y analizar el riesgo y la vulnerabilidad de sus territorios para crear respuestas con las comunidades, tener medios de comunicación eficaces y, a partir de ahí, empezar a entender cuáles son las capacidades institucionales y sociales que tenemos que mejorar”, les dijo la ministra Muhamad a las autoridades convocadas al encuentro mencionado. De la misma manera también les aseguró que hay que anticiparse a través del conocimiento y la información, y mostró su preocupación porque tan solo 13 departamentos del país (son 32) han enviado su información territorial y sin ésta no se tendrá la capacidad necesaria para prevenir y reaccionar efectivamente. “Los invito a compartir y reunir la mayor cantidad de datos y conocimiento disponible para establecer y entender la disponibilidad de capacidades y recursos que se deben emplear para abordar las emergencias” les recalcó la ministra que sabe de lo que habla. 

Resistirnos, caprichosamente en algunos casos, a permitir el trabajo de otros funcionarios del ámbito nacional (presentes y salientes) tan conocedores como la ministra Susana Muhamad de lo que se les ha puesto en sus manos, es otro lio político sumamente complicado para guiar con eficacia el país nuestro, de por sí, agobiado por tantos y graves problemas.