Por Adriana M. Cardona López
Hoy vemos cómo el Pacto Histórico es un partido político que no tiene raíces sólidas, válidas y auténticas; que carece de un fundamento filosófico; puesto que jugar con las necesidades de una parte del pueblo y manipularla para tales fines no soluciona el problema social.
El nuevo gobierno cree que quitando el hambre a los más necesitados y teniéndolos en ese letargo alcanzará a perpetuarse en el poder. Que acabando con la honorabilidad, gallardía y autoridad de la fuerza pública gana adeptos. Y que sus ideas y prácticas antisociales son la plataforma para una supuesta Paz total.
Los partidos políticos tradicionales se han enquistado en la decisión del nuevo gobierno y quién creyera, tienen su estrategia
No todo está perdido y mirando una pequeña reseña histórica, el partido liberal y sus ideologías le han dado una visión renovadora a la política llena de aciertos y desaciertos. Así lo indican los que saben y que si el Dr. José Ezequiel Rojas Ramírez, ideólogo político Colombiano pudiera susurrarles al oído sus palabras célebres, sería otra cosa: “Las buenas instituciones forman los buenos funcionarios y los buenos ciudadanos. Las malas instituciones depravan y pervierten a los unos y a los otros”.
Este eminente pensador nos traslada a su mundo que debería ser el estribillo a recordar a diario del partido liberal.
Extrañamos esos tiempos donde los liberales eran fieles, no desertaban, propagaban su doctrina y causa con sus armas, contribuían a sus triunfos y creían que únicamente a la sombra de la libertad es que los hombres son felices y que las naciones pueden progresar y llegar a ser civilizadas. Así lo expresaba un auténtico Liberal.
Y que hoy en sus manos está que esté sistema sea auténticamente representativo.
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