Por Francisco Luis Valderrama A.
Se comete un terrible error al asociar a Petro y a Quintero. Ni piensan lo mismo ni representan lo mismo. El alcalde de Medellín, irresponsable y oportunista desvergonzado, es ante todo un vagabundo ideológico que ha deambulado por todo el espectro político, buscando lo mismo que la mayoría de especímenes de su calaña: Clientelismo puro y duro y pavimentar sus aspiraciones futuras.
Petro, independiente de si se comparte o no su proyecto político, es un personaje consistente y coherente. Asimilar uno y otro es como comparar a Teresa de Calcuta con Rosa la peluda.
El daño que hace Quintero al proyecto político de Petro, por lo menos en Antioquia, es colosal. Si el presidente electo quiere ganar legitimidad y credibilidad en esta región, debería desmarcarse de semejante patán.
Más historias
Crónica # 872 del maestro Gardeazábal: Petro no es Sansón
A veces llegan cartas
La cometa pide pita, pero el Banco no le suelta