23 octubre, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Volver al vómito

Haga Click

Image Map

 

Por Carlos Alberto Ospina M. (foto)

Es indudable que la corrupción no es un ejercicio aleatorio. Obedece a un proceso sistemático, calculado y premeditado que afecta la estructura moral del individuo en particular y la sociedad en general. El abuso en sus distintas manifestaciones incita el vómito y el hastío, sin lograr mejorar los síntomas, a manera de recaída o fiebre de privilegios.

Cómo entender que el exjugador de fútbol, Diego León Osorio Rendón, condenado por el Juzgado Primero Penal del Circuito de Rionegro (Antioquia) a pena de cinco años de prisión domiciliaria por fabricación, tráfico y porte de estupefacientes, consiga el permiso de trabajo como “relacionista público” de una empresa. En primer lugar, Osorio Rendón, es reincidente. Fue capturado en Miami en 2002 por conspiración para distribuir 35 kilos de cocaína y quedó en libertad bajo fianza. El 12 de octubre de 2016 en el Aeropuerto Internacional José María Córdova, otra vez, fue cogido con 955,8 gramos de clorhidrato de cocaína. En segundo término, ¿qué aporte hará a la formación universitaria y a la dignificación del relacionista público un individuo proclive a los narcóticos? La rehabilitación y la reinserción social de Diego León Osorio ilustran el equivocado mensaje que, el delito paga con beneficios inmerecidos, otorgados por algunos jueces laxos. (Lea la columna).