16 octubre, 2025

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Vistazo a los hechos: No merecemos el Mundial de Qatar

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Gabriel zapata

Por Gabriel Zapata Correa

Aunque en el país aún existen ilusos quienes creen en el milagro de que Colombia puede clasificar al Mundial de Qatar, la gran realidad es que hace varias fechas estábamos eliminados, pero la ilusión del último olivo verde esperanza no nos dejaba ver la verdad. 

No nos podemos decir más mentiras ni dejarnos engañar más de comentaristas y directivos que tienen sus intereses en otros objetivos muy distintos, a los de ver los colores de nuestra Selección codeándose con los mejores equipos del mundo. 

Esta Selección, la de Reynaldo Rueda, es la peor en presentación, desarrollo de juego y resultados de la que tengamos memoria de las últimas temporadas en nuestra historia futbolística. No la podríamos comparar jamás con las dignísimas que presentó el argentino Peckerman quien nos llevó a dos mundiales consecutivos y mucho menos con aquellas espectaculares de los siempre inolvidables Francisco Maturana y Hernán “Bolillo” Gómez. ¡Jamás! 

Con el agravante más preocupante de todos: perdimos la mística, perdimos el cariño por la Selección. Con esas selecciones nos levantábamos y nos acostábamos vestidos de amarillo. Las cajeras de los almacenes, los mensajeros, los taxis lucían los colores de la Selección, todos casi sin excepción, sólo hablábamos y respirábamos ¡Selección Colombia! 

Pero todo ese castillo tan sensacional que nos hacía sentir orgullosos y nos ponía a sacar pecho en todas partes, ya se derrumbó. Y de esas selecciones que nos ponían a suspirar, a pelear, a sufrir y a delirar, pasamos a una que solo da tristeza.  

Esta Selección Colombia, la del otro James del jet privado, no el James que convocaba Peckerman, presenta unos números peores que la de Venezuela hace 10 años. ¡7 partidos sin hacer un gol! 

Los números son fríos, pero realistas. No es posible pensar en un Mundial, donde supuestamente se dan cita las mejores selecciones del orbe, si tu seleccionado apenas logró 1 victoria de 7 posibles como local, y 2 de 12 posibles como visitante. Y si apenas alcanzó o arañó 4 puntos de 14 posibles en la segunda vuelta, o sea tan solo un 19%. Un seleccionado que completó 7 juegos sin ganar y sin marcar un solo gol… y que para completar perdió 3 de los últimos 4 partidos. ¡Antes estamos de antepenúltimos! 

La verdad, es que con estos números deberíamos estar de últimos, y aún así, hay ilusos, comenzando por el técnico Reynaldo Rueda y sus directivos, quienes aún piensan en el milagro de la clasificación. 

Hay que ser francos. La mística se fue perdiendo cuando fueron desapareciendo poco a poco, y escurriendo como el agua entre las manos, los principios de la decencia y del respeto por la Selección. Y se impuso que el fútbol y la Selección eran el mejor camino para enriquecerse fácilmente. 

Comencemos por aquel escándalo de la Fifa Gate, que tiene a un directivo colombiano, Luis Bedoya, en una cárcel de Estados Unidos. Y como si fuera poco, el escándalo de la reventa de la boletería, en el cual resultó involucrado nada menos que el flamante presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Ramón Jesurum, uno de los hombres, hoy por hoy, más más poderosos de la Fifa. Pero todo sigue igual. 

Nuestros jugadores, con esos ejemplos, han perdido la mística y el nervio de hacerse matar por esa amarilla que tantas alegrías nos ha dado. ¿A quién se le ocurre pensar que un puñado de jugadores se van a dejar hacer 9 goles en dos partidos, 3 a 0 ante Uruguay y 6 a 1 contra Ecuador para sacar al técnico Queiroz? ¿Es el técnico Queiroz el culpable de qué? Pues ese técnico Queiroz acaba de clasificar a Egipto al Mundial de Qatar y ese mismo seleccionado está disputando la copa africana de fútbol. Pues querían sacar a Queiroz, tal vez con el respaldo de la Federación, y nos sacaron del Mundial… 

¿Ustedes se imaginan a un seleccionado argentino, uruguayo o brasilero dejándose hacer 9 goles para sacar a un técnico? ¡Jamás! 

La realidad de este seleccionado da vergüenza. Nuestros jugadores tienen la cabeza llena de dólares y de euros y ya no nos hacen respirar ese amor de antes por la camiseta de la Selección. 

Esperábamos que el técnico Reynaldo Rueda iba a renunciar después del partido con Argentina, y que alguna cabeza se iba a mover en la Federación. Pero todo sigue y seguirá igual. 

Y ese si será el milagro, pensar en que de aquí en adelanta volveremos a vibrar con una camiseta de la Selección Colombia. Pero nadie cree en los milagros.