Tal vez en muy pocas ocasiones, desde hace 20 años que se instaló en Venezuela el régimen chavista, esta dictadura nunca había estado tan cerca de llegar a su fin, como en la coyuntura actual.
Hay que decirlo con toda franqueza. La persistencia del Gobierno del presidente Iván Duque, el acompañamiento del mandatario de Estados Unidos Donald Trump, y el alineamiento de casi todos los países de Latinoamérica lograron la reacción de la Unión Europea y del Parlamento Europeo, y que naciones como Francia, Alemania, Inglaterra y España también levantaran sus voces de solidaridad con millones de compatriotas venezolanos, quienes no solo están aguantando física hambre, sino que centenares de miles tuvieron que abandonar su país huyendo de la dictadura de Nicolás Maduro y buscando una vida mejor con sus seres queridos.
Los plazos que le han dado al dictador Nicolás Maduro son perentorios, para que facilite una solución democrática interna, sin injerencia extranjera, convocando a unas elecciones prontas y creíbles. De lo contrario habría un reconocimiento prácticamente universal a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela. Y después…(Lea la columna).
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