
@JuanManSantos
“Santos, al tablero”. Este es el título de la durísima columna que le dedicó Mauricio Vargas al expresidente Santos este domingo en El Tiempo, en la cual desnuda sus oscuras intenciones, bajo la máscara de su hipocresía.
Sin pelos en la lengua, Vargas le dice que “A Santos se le notan las ganas de hacer daño. Y no solo a Duque. Sus maniobras pueden causarle heridas al país: es el caso de la cizaña que metió en las relaciones entre Colombia y el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden”.
Y le sostiene que “Santos solía quejarse del perjuicio que le causaban a Colombia los ataques que le hacía su antecesor, Álvaro Uribe. Y ahora él comete el mismo pecado”.
Pero le dice que “Duque le contestó con humor al parodiar un viejo tango y decir que Santos sufre “la tristeza de haber sido y el dolor de ya no ser”. Después le anota que “Y Santos, no obstante ser nobel de paz, ha resultado tan incendiario como los demás”.
Vargas demuestra que conoce al dedillo los detalles de la negociación de La Habana, y le dice que “las negociaciones se alargaron y las Farc le notaron a Santos su afán por firmar, fuera como fuera, un acuerdo. Sacaron así grandes réditos, en especial en el capítulo de justicia, que ayuda más a los exguerrilleros que a las víctimas de sus crímenes”.
Y luego le saca en cara otras mentirillas. “Los ríos de leche y miel prometidos a campesinos y víctimas carecen de financiación, y Santos siempre lo supo. Para no hablar de los miles de millones en contratos del Fondo de Paz, robados en los meses finales de su gobierno. O de cómo las Farc, con su fortuna oculta en el exterior, les ponen conejo a las víctimas con su parte de la factura. Los cultivos de coca se dispararon porque Santos suspendió la aspersión aérea sin tener un plan B, y esa coca causa ahora la mayoría de las muertes de excombatientes. Dado lo anterior, criticar a Duque por el manejo de los acuerdos suena a cinismo y desvergüenza”.
Vargas interpreta lo que muchos colombianos quisieran decirle a Santos en la cara. “Tampoco ha rendido cuentas por los vínculos con Odebrecht de su gerente de campaña y de sus aliados los ‘Ñoños’. Ni siquiera por el caso del almirante Gabriel Arango Bacci, perseguido desde el Mindefensa en tiempos de Santos, por un falso caso de narcotráfico, y cuya indemnización nos costará millones”.
Lo malo es que, si Santos decide responderle estas inquietudes a Mauricio Vargas, nadie le creería, por la habitual enfermedad del expresidente de decir mentiras…
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