El premio Nobel de la Paz reflexiona sobre los acuerdos con las FARC y los retos que afronta su país. El lunes presenta una fundación para defender su legado
Por Francesco Manetto y Santiago Torrado.
El País de Madrid.
Juan Manuel Santos (Bogotá, 1951) dejó la presidencia de Colombia hace cuatro meses con una sola petición a su sucesor, Iván Duque. Esto es, defender los acuerdos con las FARC. Durante sus dos mandatos (2010-2018) logró la paz con la guerrilla más feroz y antigua de América. Sus líderes se desarmaron, fundaron un partido político y se sientan ahora en el Congreso. Ese esfuerzo le valió en 2016 el Premio Nobel de la Paz, sin embargo, el exmandatario lamenta en esta entrevista con EL PAÍS no haber sido capaz de unir la sociedad. Cree que construir un futuro de convivencia será aún más complicado que poner fin a un conflicto armado de más de cincuenta años, asegura que no quiere pronunciarse ni interferir en la actualidad política colombiana, sacudida en las últimas semanas por las consecuencias del caso Odebrecht, y prefiere centrarse en su legado.
Para protegerlo presentó este lunes una fundación, Compaz, con la que se propone continuar su trabajo. (Lea la entrevista).
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