¿Ha pasado usted por la calle Bolivia, a 20 metros de la Avenida Oriental, en todo el corazón de la ciudad?
Hay allí una fundaciónvarios metros abajo de la Escuela Superior de Educación Pública, Esap, donde reparten alimentos y ayudas a personas de escasos recursos.
Aquí está clara la desobediencia de la ciudadanía frente a las recomendaciones de uso de tapabocas, lavado de manos y el distanciamiento físico.
Es muy claro que el incumplimiento de estas normas es la principal razón que ha llevado a propagar el virus. Sin embargo hay que tener en cuenta que esta gente es tan humilde y tan pobre que no tiene ni para comprar tapabocas.
Esto no sucede en Envigado, Caldas, Sabaneta o demás territorios del Area Metropolitana, cuyos alcaldes han puesto sus días y sus noches al servicio de la comunidad.
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