10 diciembre, 2025

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Apuntes sobre el Nobel

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Por Óscar Domínguez G. 

Como este 10 de diciembre, hace 43 años, García Márquez recibió el Nobel de Literatura, considero pertinente aclarar que no fui amigo suyo, nunca parreandié con él, no canté vallenatos ni boleros con el fabulista, no viajé en el mismo avión a Estocolmo. Viajé en otro. Nunca le dije Gabo a él, ni Gaba a su mujer, no lo acompañé a su viaje en tren a Aracataca.

Jamás fui invitado a ninguna de sus casas, nunca me leyó, no tengo la primera edición de ninguna de sus obras, jamás me envió los originales de sus libros para que le capara adverbios terminados en mente que detestaba. O le pillaran algún lapsus histórico.

No mamé galló en la famosa Cueva, en Barranquila, noasistí (¡pobrecitico de mí!) a ninguno de sus talleres en la Fundación Nuevo Periodismo, de Cartagena, que orienta el exgordo Jaime Abello, uno de los guardianes de su legado, no figuré en el sanedrín que copó el avión presidencial que viajó a México para el homenaje colombo-mexicano con ocasión de su muerte.

No le perdono al maestro Guillermo Angulo que me hubiera negriado a la hora de escoger a los 12 mejores amigos que acompañaron a Gabo a recibir el premio, como lo cuenta en su delicioso libro “Gabo + 8”. El Nobel se negó a escogerlos alegando que “del decimotercero en adelante todos me van a odiar por toda la vida. Que los escoja Anguleto, que tiene el cuero duro”. Escogió a Alfonso Fuenmayor, la Tita Cepeda, Hernán Vieco, Gonzalo Mallarino, Fernando y Teresa Gómez Agudelo, Álvaro y Carmen Mutis, Plinio Apuleyo Mendoza, los Castaño Castillo, el maestro Escalona y la Cacica.

Gabo no me dio a mi sino a Angulo (Anguleto) este consejo: “Ser buen escritor consiste en escribir una línea y obligar al lector a leer la siguiente”. 

No tengo dedicado ninguno de sus libros, no asistí al bautismo de sus hijos Rodrigo y Gonzalo (los bautizó el padre Camilo Torrres), no compartí hambres con él en París, no me menciona en ninguna de sus novelas, ni en el pasa de sus crónicas periodísticas. Nunca dudé de que también era Nobel en periodismo, nunca le hice entrevista exclusiva. No le hice una sola pregunta las veces que me topé con él en Bogotá, Washington, Madrid y Estocolmo. Me asusté, (Que no se enteren mis cuatro nietos).

No soy su pariente ni en el millonésimo grado de consanguinidad, no trabajé con él en Prensa Latina, en Bogotá, ni en el diminuto periódico El Comprimido, de Cartagena, que hacía a cuatro manos con el Mago Guillermo Dávila. No me debe plata, le debo todo el oro del mundo por la felicidad brindada con la poesía de su prosa, no dudo que leerlo nos hace inmortales… mientras lo leemos.

En “represalia”, soy gabólatra. Le tomé fotos firmando libros en Estocolmo en 1982. Volveré a despachar la bella biografía “Viaje a la semilla”, de Dasso Saldívar, que le encantó al Nobel.” Me gusta ese libro porque se parece mucho a mí”, le dijo el fabulista a Dasso.

Releeré “Un ramo de no me olvides”, de Gustavo Arango, sobre el período cartagenero del Nobel. Del libro de Gustavo, con quien compartí barrio Aranjuez, dijo García Márquez. “Si quieren saber sobre aquellos tiempos, lean su libro; considérenlo un libro póstumo”.

Dios no tomará represalias contra él por su agnosticismo. No se lo iba a perder. Es más, ya lo tiene a su diestra mano. ¿O será a la izquierda? Sus personajes creían por él: “Dios es mi copartidario”, decía el célebre coronel Aureliano Buendía. Sus lectores recuperamos la felicidad siempre que lo leemos. No les quito más tiempo. (Líneas pasadas por latonería y pintura).

Pie de foto 1: García Márquez escribió: “Esta es la única foto mía tomada por Anguleto (Guillermo Angulo) mientras escribía Cien años de soledad».

Pie de foto 2: Estocolmo, diciembre de 1981.- García Márquez firma libros horas antes de recibir el Nobel. A la izquierda, el maestro Rafael Escalona. A la derecha, de bigote dalilesco, Nacho Martínez, de Santa Rosa de Osos, Antioquia, residente en Nueva York, y el coronel ® Nolasco Espinal, de bufanda, antioqueño nacido en san Pedro, y quien fue acusado de espiar al escritor. Después fue absuelto del cargo. (odg).