La COP30 finaliza con más pena que gloria

José Hilario López Agudelo

La COP30 sí resultó ser “la COP de la verdad”, como anunciara el presidente Lulla da Silva en el evento de instalación, pero en sentido negativo. La conferencia climática, que concluyó el sábado 21 del corriente mes de noviembre en la ciudad amazónica de Belém-Brasil, entre sus decisiones omitió referirse a la eliminación de los combustibles fósiles, principal causante de las emisiones de gases de efecto invernadero; por otro aspecto en sus conclusiones utilizó, por decir lo menos, un tímido leguaje en lo referente a sus decisiones sobre mitigación, adaptación y financiamiento del cambio climático, resultado de procedimientos criticados de poco transparentes. Y, lo imperdonable, tampoco hubo referencia contundente para frenar la deforestación de la Amazonía, el pulmón verde del planeta.

Sandra Valenzuela, directora ejecutiva de WWF Colombia (World Wildlife Fund-Colombia), afirma: «Los resultados de la COP30 no reflejan la urgencia de la crisis climática. Es necesario que los países que pidieron más ambición en las decisiones avancen de forma clara y articulada para hacer lo que está en sus manos y así cumplir las metas del Acuerdo de París. Quedan, sin embargo, asuntos por rescatar y debemos aferrarnos a los avances que se dieron en espacios, como la Agenda de Acción Climácica, iniciativas de la sociedad civil, sector privado, pueblos y comunidades, y (la oferta) de los cerca de 5 mil millones de dólares para los bosques tropicales”.

Si bien es cierto que los países reunidos en la COP30 aprobaron un conjunto de acciones importantes, aunque lejanas de las expectativas. Lo más lamentable y notorio fue no haber logrado acordar menciones directas para avanzar en una hoja de ruta global, que permita la eliminación progresiva de los combustibles fósiles. Del mismo modo, aunque más de 90 países respaldaron un plan de implementación para detener y revertir la deforestación, faltó el total consenso y una voluntad política más amplia y comprometida para asegurar su cumplimiento, esto a pesar  de tener la selva amazónica como telón de fondo.

No obstante, las mencionadas frustraciones, hay que destacar como WWF Colombia valora la decisión de la Presidencia de la COP30 (Brasil) de crear dos hojas de ruta para atender estos dos asuntos (descarbonización y deforestación), determinantes para el bienestar de la humanidad y la naturaleza. A fin construir las requeridas hojas de ruta que se integrarían a las conclusiones de la COP30, se ha programado la realización de diálogos a alto nivel con gobiernos, empresarios, trabajadores y organizaciones de la sociedad civil.  Para tal efecto, se ha convocado una primera conferencia internacional (la llamada “Agenda de Acción Climática”, atrás referida, sobre combustibles fósiles y deforestación, que se realizará en abril de 2026 en Colombia, evento que contará con el apoyo de  WWF.

Otro hecho destacable en la COP30 en relación con América Latina y El Caribe (ALC), la región más biodiversa del planeta, es la consolidación de la CAF, presidida por nuestro compatriota Sergio Diasgranados, como banco verde de la región, para el apoyo a soluciones latinoamericanas y caribeñas de financiamiento verde, conservación de ecosistemas estratégicos como la Amazonía, economía azul, “biodiverciudades”, agricultura sostenible y mecanismos financieros innovadores, como el canje de deuda o los créditos de biodiversidad. La CAF en la COP30 también lideró, junto con la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica  (OTCA), el Pabellón de América Latina y El Caribe,  que bajo el lema #Clima es vida, se convirtió en uno de los epicentros del debate climático con más de 60 actividades, en las que participaron ministros y altas autoridades académicas, económicas y sociales del mundo del cambio climático global.   En este espacio se realizaron grandes anuncios, como elcompromiso sin precedentes por parte de CAF de dedicar 40.000 millones de dólares durante los próximos 5 años para impulsar el crecimiento verde, con los que la institución consolidará una cartera de operaciones, que combina financiamiento de proyectos, promoción de políticas públicas, inversiones, líneas de crédito y el trabajo con los gobiernos nacionales, en materia de energía, agua y saneamiento, movilidad, agricultura, gestión de riesgo de desastres y ecosistemas estratégicos.

A pesar de los pocos avances de la COP30, en lo relativo al señalamiento de hojas de ruta para para la disminución del consumo de combustibles fósiles y la detención de la deforestación en la Amazonía, no todo está perdido: así lo señalan la decidida integración de la WWF y la CAF a los esfuerzos de América Latina y El Caribe en la lucha por la preservación y restauración de nuestros valiosos ecosistemas.