Por Gerardo Emilio Duque G.Â
DarÃo Londoño Cardona Q.E.P.D., gran dirigente polÃtico liberal y excelente funcionario público se desempeñaba como secretario de gobierno de MedellÃn. Un dÃa le mandó una nota a un funcionario ordenando su traslado. El funcionario no contestó ni se movió para el sitio asignado, por lo tanto, DarÃo Londoño lo llamó y le dijo: como no aceptó el traslado lo voy a declarar insubsistente. Y el funcionario le contestó: oigan a este, no acepté el traslado, voy a aceptar la insubsistencia.
%%%%%%%%%%%%%%
Cuando Bernardo Guerra era alcalde de MedellÃn habÃa tantos cargos públicos para ofrecer, que un dÃa llegó un ciudadano a pedir permiso para montar una chaza para vender aguacates y lo colocaron de secretario de inspección de policÃa. Pobre hombre, sin saber dónde estaba parado. Le preguntaban, por favor está el inspector y él contestaba: está muy ocupado porque está en una delincuencia. Al funcionario le correspondÃa auxiliar exhortos y cuando en la calle le preguntaban cuál era su función decÃa: me toca asolear escrotos.
%%%%%%%%%%%%%%%
En una oportunidad hacÃamos un sancocho en la finca de mi hermana Beatriz todos los hermanos, de un momento a otro vimos a mi hermano Roberto dándole correazos a unas papas y le pregunté ¿qué estás haciendo? me contestó pelando las papas.
%%%%%%%%%%%%%%%%%
En un bus del barrio Cristóbal se montó una muchacha y dijo: les voy a cantar una canción para que me regalen una platica, porque necesito enterrar a mi papá que lo mató un carro, operar a mi mamá que tiene cáncer, mandarle platica a mi hermano en Bellavista y enviar al otro hermanito a un centro de rehabilitación de drogadicción y empezó a cantar: gracias a la vida que me ha dado tanto.


Más historias
Vistazo a los hechos: Petro y Benedetti, una verdadera vergüenza
¡No más!
Recordando a mi mascota