
Por Hernando Gómez Marín (Foto).
Abogado.
La juez de primera instancia en el caso Uribe Vélez por soborno a testigos y fraude procesal, Sandra Milena Heredia, fue severamente fustigada por su superior jerárquico, el HTS de Bogotá.
La funcionaria fue dejada en evidencia por la alta corporación con latigazos como:
a) “Carencia de rigor probatorio “
b) “Graves vicios en la sentencia de primera instancia”.
c) “Incurrir en errores metodológicos, falacias interpretativas y valoración sesgada de la prueba”.
d) “Falta de motivación y uso de premisas Vagas”.
e) “Haberse basado en inferencias y metáforas y no en pruebas objetivas”.
f) “Error en asumir que el interés del acusado en obtener PRUEBAS LÍCITAS equivalía a dolo determinador”.
g) “Interpretar FALAZMENTE recomendaciones (de Uribe a su abogado) de decir siempre la verdad, como un encargo ilícito”.
h) “Ausencia de instrucciones para inducir a falsedad”.
i) “No se aplicó la sana crítica y la Jueza incurrió en sesgos retóricos”.
Con semejantes reproches, reprensiones o reconvenciones a su “a quo” (juez de primera instancia), el “ad quem” (juez de segunda instancia) dejó sentado que no le es dable a los falladores guiarse por criterios ideológicos soslayando evidencias objetivas legalmente arrimadas al proceso.
Por su lado, a la juez Heredia le queda la opción de adelantar una maestría o doctorado en la Universidad San José, que es la encargada de expedir títulos exprés y a la carta para los funcionarios del gobierno Petro cuando por él son requeridos.
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