
@eljodario
· De Alejandro Maya Arango, Editorial Java, Medellín
A mi edad sorprenderme ya no es fácil pero cuando me puse a leer este libro, aparentemente diseñado para niños, me fui dando cuenta que no es literatura infantil o juvenil como esa que triunfadoramente escriben Albeiro Echavarría y Gerardo Meneses, sino que es un libro profundo, contestario, pero que sirve de argumento por igual a niños propios o ajenos y a octogenarios como yo.
CUENTOS ZURDOS es un ejercicio de lo que su autor, un eterno maestro de juventudes, llama transcreación. Es simplemente la entronización en la prosa del contrasentido intencionado, de la ironía purificada en la metáfora o en el recuerdo trastocado de los personajes de la literatura que nos mitificaron en las fábulas de Pombo o de Samaniego, en Rin Rin renacuajo o en La Lechera.
Así entonces el pastorcito en este libro no es mentiroso ni cuando el lobo devora las ovejas y la extinción de las ballenas se oficializa porque la última de su especie llega al remoto rincón del Polo Sur pero muere hastiada de tragarse el mar todos los días de su vida sin padecer sed alguna.
Hay entonces secciones en el libro para las lobadas, las caperuzadas, las cenicientas, los tortugazos y un epílogo para la cortada de la cabeza de Medusa.
Son 43 narraciones breves, todas adornadas con agudos dibujos multicolores de los animales y personajes que han motivado que la cebra cansada de tener rayas haya comprado un frasco de blanqueador hasta quedar completamente blanca o que el pececillo saltarín lo haga de nuevo para saltar tan alto que cae en el pico de una cigüeña.
En otras palabras, es el uso de la versión opuesta a la tradición, del humor que surge de la incredulidad y de la moraleja que como epígrafe tiene cada relato maravilloso. Por eso en una de ellas afirma: “los espacios y lugares tienen su tiempo y momento específico en nuestras vidas. No hay que transgredirlas sin motivo”.
Yo tuve una disculpa para hacerlo, volver a tomar un libro de infantes en mis manos no para leerle en voz alta al nieto que nunca tuve sino para deleitarme con la contradicción como elemento de vida.
CUENTOS ZURDOS en contrasentido ¡es una maravilla!
Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.
https: https://youtu.be/G9Zju0QT_ow
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