
Por Adriana M. Cardona L.
Dicen los que saben que estamos viviendo una democracia llena de desconfianza y estamos atrapados en las decisiones de unos cuantos a su propio estilo y como pueden manipular y tranzar las altas cortes sin un juicio de reproche que contenga un castigo ejemplar; hecho notorio que no necesita prueba alguna.
La Corte Constitucional máximo tribunal de la Justicia está como los reinados de belleza y que si su mayoría de magistrados son de ideologías falsas; estará al servicio de quien hoy puede manipular las leyes y crear decretos al estilo de una dictadura disfrazada de principio de igualdad y amor por los menos favorecidos, los delincuentes, vagos y terroristas; demostrando aún más los vicios de gobernabilidad.
¿Qué podremos esperar del Congreso donde el clientelismo y arribismo se pavonea sin recato alguno? Colombia está en mora de apostarle a un(a) líder, estadista que decline ante sus intereses personales, que mire bajo un plano superior de conciencia, que posea una fuerza moral y carácter definido sin taras, que piense en la eficiencia y el orden. En recuperar el espíritu de las FF. MM que anda medio perdido, ya que su jefe encargado de formular las políticas de defensa desafortunadamente nos entrega como resultado “secuestro” mal llamado retención de soldados.
Utilizaremos el tercer ojo para observar la gestión del orden público para que no sacrifiquemos más Policías. Y mientras tanto la contienda electoral empieza a prepararse al estilo de las ruletas. ¿Dónde está la firmeza de una campaña electoral auspiciosa?
Será buscar un asesor de campaña que conozca de la historia, que observe los datos y la fiabilidad de estos y la IA (inteligencia artificial), una defensa de ataques cibernéticos y la seguridad de identidad sea el punto clave.
Los alfiles de este gobierno ya poseen una escuela avanzada en la materia y tienen todas las tropas alineando y cubriendo. La moral, la ética, el amor, la amistad y las buenas prácticas de gobierno están en entredicho. Y como esta será una contienda electoral llena de egos y rencillas necesitamos varios candidatos del mismo valor.
Sin inteligencia Militar y con el tercer ojo ya sabemos que estamos gobernados por un ser humano que toda su trayectoria y experiencias vividas las refleja en su naturaleza psicológica y emocional en pro de su causa.
El Estado se dedicó a cultivar los derechos individuales y se olvidó por completo de las relaciones sociales sanas y la honestidad. La población civil observa temerosa; perdiendo sentido lo político y para sustentar este mal precandidatos van y vienen y buscan llegar a la casa de Nariño; creyendo que sus pensamientos son sutiles, claros y poderosos, pero no entienden que sí no se unen con sabiduría, integridad y firmeza traerán inercia, estancamiento y miseria.
Más historias
Crónica # 1204 del maestro Gardeazábal: Las ideas pereirutas
La ineptitud patente de Gustavo Petro
Crónica # 1203 del maestro Gardeazábal: Leer va a pasar de moda