
Por Gabriel Zapata Correa
El resultado de dos días de protesta, de paro o de huelga general convocados por el mismo presidente Petro, es una muestra más de que los colombianos no estamos de acuerdo como está manejando el gobierno y también, obviamente, que es un contrasentido paralizar el país, porque todos necesitamos es trabajar.
En primer lugar, hay que resaltar el oportunismo del autoritario mandatario, quien apenas se dio cuenta del fracaso de su convocatoria, salió a decir que él jamás había incitado al paro de dos días y descargó toda la responsabilidad en las centrales obreras, cuyos directivos habían anunciado que saldrían a las calles 4 millones de trabajadores. Ilusos y soñadores, si partimos del cálculo que en Colombia sólo el 4% de los trabajadores están sindicalizados. Los registros más optimistas dan cuenta que salieron a las calles 20 mil personas durante los días. Y aquí en Medellín salieron 1.500 personas el miércoles y 300 el jueves.
Pero Petro, acostumbrado a escurrir el bulto, se hizo el de la oreja mocha con lo sucedido en Bogotá, donde más de dos millones de personas se vieron altamente perjudicadas con el transporte público para asistir a sus lugares de trabajo y regresar luego a sus hogares. Y por primera vez, en una jornada de protesta convocada por el Gobierno de Petro, hubo numerosas personas que les enfrentaron a los manifestantes y revoltosos para que los dejaran trabajar.
El paro de Petro se convirtió en bloqueos de vías en algunas ciudades, pero sin una asistencia popular masiva como él lo pretendía desde su discurso en Barranquilla, cuando salió a hablar de una huelga nacional.
Lo primero que hizo Petro fue intentar hacerles creer a los colombianos que él no fue promotor de este paro. Este anuncio, es contrario a las declaraciones previas del mandatario, así como una conversación filtrada con su ministro del Interior, Armando Benedetti, en el que se leyó específicamente la necesidad de que se convocara a una huelga general tras el hundimiento de la consulta popular.
Petro remarcó que “el paro es convocado por las centrales obreras y la coordinadora popular” y acusó a algunos medios de desinformar sobre su vínculo con la manifestación.
Sin embargo, la revista Semana reveló una conversación en Wasap, entre Petro y Benedetti, que dejó al descubierto, en plena sesión de la Plenaria del Senado y justo después del fracaso de la consulta, cómo se estaría planeando una estrategia para contrarrestar el duro revés sufrido en el legislativo.
“¿Quién convoca la huelga general? ¿A quién se le dice que lo haga?”, le escribió el ministro al jefe de Estado el 14 de mayo, día en el que el mandatario se encontraba en China como parte de su visita oficial para unirse a la Ruta de la Seda.
Minutos después de este intercambio, Petro publicó en su cuenta en X (antes conocida como Twitter): “Este es el fraude. El pueblo ya no se debe dejar arrebatar el triunfo. La salida a la calle es masiva, pero la coordinación popular debe dar los pasos a seguir del movimiento democrático que se desata a partir de ahora”.
Es más: en una publicación de hace una semana, más exactamente del 15 de mayo de 2025, el propio Petro se refería a cómo debía ser ese paro nacional previsto para el 28 y 29 de mayo, al citar una publicación del senador Alberto Benavides, en el que se trazaba una “ruta de movilización permanente” en defensa de la consulta popular. Y pedía que “en cada departamento, hasta la última casa”, existiera información sobre los políticos que votaron, en su concepto, “en contra de la libre expresión del pueblo”.
“Las asambleas municipales deben lograr coordinar las organizaciones populares del municipio. Se convocan en las plazas municipales este sábado y domingo. Allí se vota el paro nacional. El paro nacional debe ser un ejemplo de no violencia activa. No debe golpear clases medias, ni pobres, ni la fuerza pública. El resultado de la votación del paro debe ser remitido a las centrales obreras. El lunes se me informará el resultado. El presidente obedecerá la decisión popular tomada en las asambleas municipales”, decía Petro. Más claro no canta un gallo.
Obviamente, otras serían las apreciaciones del autoritario presidente, si su llamado hubiera logrado llenar la Plaza de Bolívar o las calles de las distintas ciudades. Petro perdió la calle en esta ocasión.
Y debemos condenar también las declaraciones del presidente de la CUT, Fabio Arias, otro de los convocantes, junto con el gobierno, de este paro. Arias confesó que el bloqueo de TransMilenio estaba planeado.
Esta es su frase textual: “Estos dos días han sido completamente de anormalidad en la vida rutinaria de los bogotanos, derivado exactamente de las apreciaciones que diversos compañeros en las diversas localidadeslograron realizar bloqueando el transporte masivo de TransMilenio, que era una de las tantas formas con las cuales veníamos a realizar este paro nacional de 48 horas”, afirmó el líder sindical. El alcalde Galán ya lo denunció penalmente por incitar a la violencia.
Y como si fuera poco para rematar semana, el presidente Petro se volvió a desaparecer y no asistió a la Cumbre del Gran Caribe en Montería… Seguramente estaría matando guayabo por la derrota en las calles que sufrió esta semana. Un duro golpe sin duda.
Más historias
Crónica # 1218 del maestro Gardeazábal: Rafael Núñez 200 años
Los Susurros de Kico Becerra
Réquiem por las libretas de tienda