· Una de Vicente Pérez Silva, la otra de Javier Amaya.
El algoritmo que rige la literatura me permitió recibir, casi al tiempo, un libro bellísimamente editado, enviado desde Angasnoy por el académico de la Lengua Vicente Pérez Silva y el otro desde Seattle, donde el profesor Javier Amaya ejerce su docencia.
Ambos escriben desde hace mucho rato. El académico Vicente que ya tiene 96 años, no ha dejado de hacerlo con una vitalidad asombrante. El profesor Amaya, que anda en los 69, insiste en estudiar a quienes lee con una metodología aprendida en la escuela alemana.
Ninguno de los dos ha perdido el nexo con sus tierras natales. El incansable Pérez Silva sigue yendo a su tierra nariñense, donde se le honra, se le lee y se le publica. El estudioso Amaya escribe y publica centrado siempre en Pereira y su ámbito.
El nonagenario acaba de publicar “Romances con nombres de mujer” en una impecable edición del Taller del libro San José, de Serna en Medellín. El profesor gringo cafetero en una edición casi rupestre “Cápsulas Literarias” de La Cigarra Editores de Seattle. El Romancero de las mujeres está montado sobre la sombra que por tantos años brindó el pomposo Romancero Gitano de García Lorca y que llevó a tantos colombianos a jotear el mismo camino.
Pérez Silva los ha seleccionado con tino ancestral y allí se encuentran desde Martán Góngora hasta Antonio Llanos y desde Jorge Artel a Robledo Ortiz, cortejando versificada y consonantemente a alguna mujer de sus sueños o de las frustraciones al más antiguo estilo romancero.
Javier Amaya, colecciona los artículos breves que ha publicado en la prensa del Viejo Caldas pero con una obsesión: la de hacer unos recuentos increíblemente descriptivos de las casas de Hemingway en Cuba y en Idaho; las de Goethe en Frankfurt y en Weimar; la de Trosky en Coyoacán; la de Alla Poe en Baltimore, la de Sábato en Santos Lugares.
Obviamente tiene otras “Cápsulas literarias”, como las que ha publicado de sus investigaciones en los archivos desclasificados de Usa alrededor de la muerte de Gaitán o el seguimiento del FBI al poeta y periodista Lino Gil Jaramillo, mi amado profesor de la U del Valle.
Los dos libros son dos joyas literarias. Las he gozado con más contemplación que análisis porque conmueven.
Escuche al maestro Gustavo Alvarez Gardeazábal.
Audio: https://youtu.be/-mkEI0pbxps



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