Por Francisco Becerra
Sentaron a Zelenski en una mesa para jugar naipes. Se trataba del famoso juego del “tonto cotudo”. Las reglas estaban un poco cambiadas, pero, como era invitado, él las aceptó.
Comenzó el juego y misteriosamente, cuando debía recibir cartas, Trump le gritaba: “Usted no tiene cartas”. El ucraniano protestaba diciendo: “¿Para qué estaba sentado en la mesa si no le iban a dar cartas?”.
Inmediatamente, Marco Rubio, con acento cubano, le gritó: “Tú aquí vienes a hacer lo que nosotros te digamos. Juegas sin cartas porque, de todas formas, eres el tonto cotudo. ¿Entendiste?”. El vice Vance lo remató con el alarido: “Firma ya, que tú eres solo un firmón”.
El presidente de Ucrania, hasta hace pocos meses exaltado por los Estados Unidos como un patriota en la lucha contra el expansionismo ruso, pasó a ser un “tonto cotudo”, que debe indemnizar a Estados Unidos por toda la plata perdida en el apoyo en armas que le dieron durante tres años de guerra. Ya no es un valiente patriota, es el comediante que se declaró dictador de su país y se debe ir.
Digamos, en honor a la verdad, que así actúan los gringos a lo largo de la historia: Siempre traicionan a los amigos cuando van perdiendo las guerras. Basta con mencionar a Vietnam, Afganistán e Irak. En este caso, hay que agradecer a Trump que abiertamente dijo que quería las riquezas naturales de Ucrania. Se le abona la franqueza; en Irak se inventaron las armas nucleares de Saddam Hussein, cuando lo que querían era el petróleo.
El mundo está estupefacto; Trump abiertamente le grita a Zelensky que está a punto de iniciar la tercera guerra mundial. Eso nunca se había dicho públicamente. Esto significa que, si Ucrania no acepta la paz impuesta por Rusia y Estados Unidos, estallará la temida guerra nuclear. Así de clarito.
La ONU, la OTAN y demás organismos internacionales están siendo liquidados por el dúo Trump y Putin. Nadie los extrañará, ya que hace años solo son instituciones hechas para perjudicar a los países no nucleares. Claro, no esperábamos que fueran a ser liquidados de esta abrupta forma.
A todas estas, los europeos se quedaron sin brújula; Asia, como siempre, callada, viendo cómo Occidente se desbarata, y China, con cautela, piensa en lo que va a pasar en 50 años. Ellos nunca tienen afán de expandirse; su objetivo es el comercio.
No podemos dejar pasar estos acontecimientos sin reflexionar sobre la retoma del poder por parte de líderes déspotas, megalómanos y egocéntricos, y del mal que pueden causar a la humanidad, como sucedió hace un siglo.
Nadie, medio sensato, puede estar tranquilo en estos momentos, en que sin tapujos se anuncia la inminente posibilidad de la guerra nuclear.
Ñapa: El circense espectáculo de la presentación de los nuevos ministros fue realmente digno de ser dirigido por Daniel Ortega, el nicaragüense al que Petro cada día se parece más. Bello acto de sesión solemne de fin de año de una escuela de la zona bananera.
Ñapita: Decía con frecuencia Humberto Pava Camelo: “En pelea de comadres se conocen las verdades”. Por eso, hay que estar muy pendiente de lo que diga la “sabrosa” Francia. Ella puede terminar siendo mejor fuente que Benedetti en el tema de la corrupción y la financiación de la campaña.
La vicepresidenta está herida en su honor y creo que va a cantar pronto a ritmo de currulao todo lo que sabe.
Ñaputa: ¿Qué colombiano se puede sentir bien teniendo al ministro de educación que tenemos? ¿Es ese el modelo de persona para nuestros niños y jóvenes?
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