Por Gabriel Zapata Correa
El presidente Petro nunca ha pensado en el país. Siempre ha tenido con prelación en sus criterios y decisiones sus intereses políticos o politiqueros, que los dolores de los colombianos. Ahora le parece que el país no padece una crisis de seguridad, pese a los 51 mil desplazados del Catatumbo, a los asesinados en cadena en el Cauca que no paran, a los paros continuos del ELN en el Chocó, y a las angustias de los pobladores de Arauca y Caquetá, y a la ola de inseguridad que nos azota día a día en todas las ciudades. Todo esto no es cierto. No. Es un invento de los medios de comunicación, empeñados en desprestigiar a su gobierno, según el mandatario.
Como también debe ser un invento que prefirió irse a Haití antes que ir a enfrentar al ELN y al Clan del Golfo en el Catatumbo. Y debe ser una exageración de los periodistas que dejó tirados a los niños de Colombia, con la desfinanciación del Instituto Colombiano de Bienestar Familia. Y debe ser otro engendro de los medios que 300 mil estudiantes quedaron colgados de la brocha porque no hay plata para los créditos del Icetex. Y debe ser otro gran invento de los medios que a los territorios no ha llegado un solo peso para las víctimas del conflicto. Y debe ser un ataque cobarde, aleve y mentiroso de los alcaldes y gobernadores y de las generadoras de energía, que estamos al borde de un apagón porque su gobierno no ha pagado los subsidios a los estratos 1, 2 y 3, que son de ley, y la opción tarifaria. Como es otra calumnia imperdonable que con una estrategia oculta ha desfinanciado a las EPS y a las IPS, y que tiene a la salud de los colombianos en una agonía lenta para acabar de ahogar a estas entidades que detesta.
Como al presidente no le duele este país, y solo le importan sus intereses politiqueros y personales, acaba de nombrar su gabinete de bolsillo, para darle una aparente solución a su crisis ministerial, causada solo por su incapacidad e ineficacia gerencial. No le interesa que los nombrados no sepan una sola letra de los cargos que van a ocupar, porque al presidente Petro solo le interesa la campaña presidencial que él mismo acaba de iniciar, con la aspiración de dejar en su poltrona presidencial a un sucesor, no importa sus calidades, cualidades, virtudes o prontuario.
Por eso el show sin precedentes que montó el presidente Gustavo Petro para presentar oficialmente a su nuevo gabinete, en un evento realizado el jueves 27 de febrero en el teatro Delia Zapata, ubicado en el centro de Bogotá.
Allí presentó a este equipo: Armando Benedetti, en Interior; Pedro Sánchez en Defensa; Edwin Palma en Minas; Lena Estrada, en Ambiente; Yannai Kadamani en Cultura; Patricia Duque en Deporte; Carlos Rosero en Igualdad y Angie Lizeth Rodríguez en el Dapre.
Durante este acto show el presidente Petro explicó que su intención era realizar la posesión de los nuevos ministros en el evento. A pesar de esto, Petro reconoció que la recomposición de su gabinete aún no ha concluido, dejando abierta la posibilidad de nuevos cambios en el futuro cercano.
“En términos generales, acá hay parte del que será el nuevo gabinete. Aún no se han cambiado todos y todas las ministras que vamos a buscar”, expresó el jefe de Estado. Faltaron cargos claves como el Ministerio de las TIC, Planeación Nacional, y la jefatura de Despacho. Además, en los medios circulan serios rumores sobre la posibilidad de que otros ministros van a salir. O sea que el revolcón no ha terminado.
Y si no teníacompleta la nómina, ¿por qué este acto que algunos calificaron como un show mediático? Porque no se trataba de dar a conocer la nueva nómina de colaboradores, sino de lanzar la campaña presidencial.
“La labor de este gabinete es penetrar las ollas de la corrupción, no dejarles tomar decisiones y cumplir el programa de gobierno. Ese es uno de los objetivos fundamentales”, manifestó el mandatario. Pero con excepción del controvertido Benedetti, y del MinDefensa Pedro Sánchez, los demás son afectos y sectarios activistas del petrismo neto, que van a radicalizar más el discurso de su jefe, como él lo ha venido haciendo en diferentes escenarios nacionales, no solo para acabar de polarizar al país, sino para tratar de convencer a los colombianos que la oposición no lo ha dejado trabajar, y ocultar así la inoperancia gerencial del mandatario.
Según algunos analistas y miembros de la oposición, este formato de emplear un teatro no es habitual en Colombia, aunque refuerza la percepción de que para Petro es más importante el espectáculo que la gestión. Pues porque se trataba de lanzar la campaña para la Presidencia. Y por eso no importan los pobres resultados de su gestión.


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