Vistazo a los hechos: La Selección Colombia, el mayor orgullo de los colombianos @jamesdrodriguez @D_Ospina1

Por Gabriel Zapata Correa* (foto)

Desde hace  muchos años el deporte sigue siendo la bandera de la alegría y la satisfacción de los colombianos.

Pero en la coyuntura actual que vive el país, nuestra selección Colombia, que esta tarde ya clasificada a cuartos de final  de la Copa América se enfrenta a Paraguay, nos está ayudando a paladear los problemas y las angustias del día a día que no son pocos.

Es imposible no hacer referencia, en primer lugar, al enorme golpe moral que sufrieron los colombianos esta semana, con el lamentable episodio protagonizado por la Cámara de Representantes, al hundir el proyecto de ley que levantaba la gabela de la casa por cárcel para los funcionarios y políticos corruptos. Pero a la par con este vergonzoso espectáculo político encabezado por el representante Alejandro Carlos Chacón, un puñado de muchachos, bajo la batuta del técnico Carlos Queiroz y la prodigiosa zurda de nuestra estrella James Rodríguez, comenzaban a dar cátedra de buen fútbol derrotando a la encopetada selección argentina por 2 a 0, y luego al difícil seleccionado de Catar 1 a 0.

Nuestra Selección había llegado a la Copa América con la bien ganada aureola de un gran favoritismo, gracias a la calidad de ese puñado de muchachos, todos bien destacados en los equipos en los cuales se desempeñan en el exterior.

Y gracias también a esa esencia valiosa que ya ha sido el sello que identifica la calidad en su fútbol, herencia del estratega argentino José Pekerman, nuestra Selección se ha ganado un respeto en el concierto internacional, hasta el punto que desde antes de iniciarse esta Copa América ya los analistas y conocedores del fútbol la tenían encabezando la lista de las favoritas.

Ahora en el desarrollo del torneo más antiguo del continente, esta Copa América, nuestra Selección ha sorprendido porque ha demostrado un fútbol más claro y brillante que otras selecciones de mayor tradición, como la siempre archifavorita Brasil, la indescartable Argentina y la respetable representación de Uruguay. No se trata de cantar victoria antes de tiempo. Pero tiene más probabilidades de ganar y de alcanzar un título una selección que muestra el patrón de jugar siempre bien, que otra que sufre altibajos en el desarrollo de su fútbol. La mística y la alegría de esta Selección tienen contagiados a los colombianos que ya comenzamos a soñar con un nuevo título.

Vale recordar que la Selección de Colombia se coronó campeona de este mismo certamen en el 2001, torneo que se llevó a cabo entre el 11 y el 29 de julio de 2001 en nuestro país. Esa Selección se alzó con el título de manera invicta, bajo la dirección del gran estratega nacional Francisco Maturana, hoy asesor técnico del seleccionado venezolano.

Tal vez uno de los principales aspectos que nos gusta de esta Selección, es que sus jugadores, sin excepción, transmiten ese espíritu de humildad, esa capacidad de sacrificio y esa voluntad de lucha que hacen fuerte al hombre frente a cualquier reto que quiera emprender en la vida. Un ejemplo perenne para nuestros jóvenes que viven en alto riesgo por las diarias amenazas de la vida fácil que ofrece el tráfico de drogas y las numerosas actividades ilícitas de las bandas criminales.

Es grato ver triunfar a un David Ospina, un Stefan Medina, Santiago Arias, James Rodríguez, Guillermo Cuadrado, Wilmer Barrios, Falcao, Duván Zapata, solo para mencionar a algunos. Pero son todos ellos quienes se parten el alma en cada partido, quienes tienen al país en vilo, vestido de amarillo, con el grito preparado a flor de labio para festejar con todo el corazón los golazos que se vienen.

El país y los colombianos necesitamos que nuestra Selección Colombia nos siga dando motivos para soñar y nos siga brindando estas jornadas gloriosas. En el fútbol se puede ganar, empatar o perder, pero mientras esté viva la posibilidad de dar la pelea y de luchar, las esperanzas siempre van a estar al alcance de la mano.

Gracias Selección Colombia, gracias muchachos. Estamos seguros que vendrán más alegrías, porque se las merecen.

• Exsenador de la República.