16 octubre, 2025

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

El Secuestro de Occidente

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Jose Obdulio Gaviria

Por José Obdulio Gaviria (Foto)

Hay que leer este libro, El Secuestro de Occidente, de Alejo Schapire.

Me encantó porque, además de documentadísimo, es una fluida diatriba contra las sandeces neomarxistas que inspiran el discurso de los líderes y partidos que gobiernan en Colombia, Chile, Venezuela y España.

Mejor dicho, es una caricatura de @petrogustavo, Boric, Maduro, Pablo Iglesias e Irene Vélez, juntos.

Recordemos que @petrogustavo y su patulea comparten el dogma marxista de que “la historia de toda sociedad hasta nuestros días no ha sido sino la historia de la lucha de clases”.

Cuando en 1989 cayó el Muro de Berlín y Europa Oriental pudo disfrutar la libertad y vivir el progreso; y cuando en1991 se disolvió la Unión Soviética, esa ominosa experimentación de la “Dictadura del Proletariado”, los Petros que en el mundo han sido se reinventaron alrededor de lo que Schapire llama en este libro extraordinario, una nueva religión: la religión neomarxista, “con sus dogmas, su sectarismo y su visión maniquea de un mundo dividido entre opresores y oprimidos”.

Schapire describe cómo “un movimiento autoritario y radical disfrazado de inclusivo ha erosionado metódicamente la esencia de la sociedad abierta, destruyendo (sus) anticuerpos”.

El autor desnuda las promesas maximalistas de diversidad y tolerancia, tales como las que @petrogustavo y Maduro lanzan a toda hora y en todo lugar.

Schapire denuncia que, detrás de esas promesas, lo que hay es la amenaza brutal de censuras, listas negras, “cancelaciones” y purgas para cualquier intento de disidencia.

El libro merece difusión en la academia, los gremios, los medios de comunicación y los partidos políticos.

Ojalá todos los congresistas de mi partido, el Centro Democrático @CeDemocratico, lo leyeran y recomendaran a sus Unidades de Trabajo.

En algún momento, los intelectuales y los políticos, ya sea por impericia o por descuido, han caído en el embrujo de las ideas «woke» y «queer» y en la justificación del instrumento preferido de los marxistas, la violencia política.

En el debate parlamentario es común que se califique el accionar de las FARC y el ELN como “político-militares” (con esos términos elevados se refieren a sus crímenes) y definirlos como una resistencia contra la injusticia.

Por eso no es extraño que @petrogustavo

y sus colegas de la izquierda enarbolan la bandera de Hamás y Hezbolá y los presentan como movimientos sociales y progresistas de izquierda que combaten al malvado Israel, a pesar de que Hamás y Hezbolá esclavizan a la mujer, fusilan homosexuales, trafican con drogas y degollan infieles, mientras que Israel es la única democracia liberal en el Medio Oriente, respetuosa de los valores de Occidente y de los derechos y libertades ciudadanos.

Creámosle al autor: la batalla política y cultural contra el neomarxismo definirá “cómo viviremos en los próximos años”.