16 octubre, 2025

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En Ecuador también elogian Los Míos

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·      Los Míos, de Gardeazabal, es la historia de Colombi

lunes 14 de octubre, 2024

Por Álvaro Icasa

Quienes han estudiado a Gardeazabal me advirtieron que su ideología no es clasificable.

Quienes sólo hemos leído su glorioso CÓNDORES y nos estremecimos hasta los tuétanos con su brutal MISA HA TERMINADO, no pensábamos que LOS MIOS (que acaba de republicarla en una colección que se vende en Colombia en supermercados de cadena) pudiera sorprendernos.

Ya Gardeazábal se acerca a los 80 y por más que no pierda el ritmo de apariciones diarias en un podcast, es un escritor viejo. Pero que 44 años después de haber escrito esta novela sobre la burguesía feudal azucarera de su región nativa, ella se lea como si hubiese sido escrita ayer, obliga a repensar a este provinciano novelista, menospreciado por los círculos intelectuales de su país y marginado por no ser marxista pues él se declara tontamente como “anarquista de derecha”.

El Gardeazábal que escribe estas tres novelas a que hago referencia, no puede ser anarquista: él es un personaje disruptivo.

Empero, por encima de esa actitud más temperamental que ideológica, el escritor tulueño es un maestro de la prosa.

Describe caracteres. Profundiza actitudes. Irrumpe en la psiquis de sus personajes. Los pasea cual emperadores romanos por encima de sus pasiones o de sus contrincantes. Husmea como pocos narradores latinoamericanos la metáfora animalista.

Pero, en especial, se hunde junto con el lector en el contagio irrefrenable por afectarnos de la peste ávida de tener que terminar su novela rápidamente.

LOS MIOS es una novela impactante. La narradora femenina, una sobreviviente que vive en el exilio, golpea tanto con su prosa descarnada como queda para siempre afectado el lector que presencia el cuadro impresionista del abuelo multimillonario tendido en un andén de la piscina de su mansión, donde le representan la teatralización de que es un pordiosero de las calles de Dickens a quien familiares y sirvientes le avientan moneditas para hacerlo creer en su locura que es un desechable que debe pedir limosna, no el dueño de inmensos cañamelares donde ha explotado inmisericordemente a miles de negros corteros.

Pero esa es Colombia y este libro es una página de su historia, obligatoria de leerla aquí y allá. 

Salinas, Ecuador, octubre del 2024