Más que las fallas de la JEP y su falta de credibilidad, más que los incumplimientos del Estado y más que las secuelas de las llamadas disidencias, lo que más daño le ha hecho hasta ahora al acuerdo de paz ha sido Jesús Santrich.
Si, como debió haber sido, a Santrich lo capturan, la JEP verifica la fecha de los hechos con la evidencia suficiente que tenía, la Corte coteja su identidad y el Presidente firma esa extradición, Santrich estaría ante una corte de Estados Unidos y las Farc tendrían un dolor de cabeza menos.
Y, desde luego, no se hubiera acabado el acuerdo de paz. Mientras, la pregunta ahora es: ¿sobrevivirá el proceso a Santrich? (Lea la columna).
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