Por Francisco Becerra
Tuve que ir a refrendar mi licencia de conducción, con toda la pereza y predisposición que genera lo que tiene que ver con trámites públicos y, especialmente, de tránsito.
Para mi agradable sorpresa hice esa diligencia en un tiempo menor a una hora y dentro de la manera más cordial y expedita posible.
Previa cita telefónica, conseguida inmediatamente, me dirigí a la ahora denominada Secretaría de Movilidad de Palmira y fui atendido con estricto cumplimiento de los tiempos; pasé a una oficina que queda en frente de esa dependencia y me practicaron los exámenes médicos y de aptitud sicomotora; un lugar aseado, atendido por profesionales joviales y serios.
A la hora de haber ingresado, a pesar de mis problemas de huellas digitales, que son comunes en esta época, debido a tanto menjurje que nos echamos en las manos durante y después de la pandemia, tenía mi licencia renovada.
Escribo esto porque estamos acostumbrados a hablar mal de las dependencias públicas y de los funcionarios oficiales, por su trato descortés e indolente; cuando uno encuentra una cosa totalmente diferente debemos resaltarlo.
Que hayan instruido a los funcionarios de esta oficina de tránsito, a prestar de forma amable y eficiente sus labores es aplaudible; pero, quiero resaltar la forma y el respeto que los usuarios muestran cuando son bien atendidos.
Sinceramente me sentí en una clase de urbanidad: Todo el que llega saluda, se sienta a esperar su turno; cuando es llamado a ventanilla saluda con cordialidad (mutua) a quien lo atiende y al final se despide con una clásica contestación aprendida en la casa: «muchas gracias es muy amable” (agregando reina, si es dama la que atiende).
Gratísimo escribir esto cuando la chabacanería se tomó al alto gobierno y el ministro de educación usa en su lenguaje cotidiano la selecta palabra gonorrea; además, los congresistas van disfrazados a las sesiones del parlamento y se expresan con todas las palabras soeces conocidas.
¡Felicitaciones a la municipalidad de Palmira por esa dependencia!
Ñapa: Para ser justo, debo manifestar lo mismo de la dependencia para renovar o sacar pasaportes de la Gobernación del Valle; realmente es una demostración de que sí se puede ser amable y expedito en las dependencias oficiales.
Ñapita: Me encantó el discurso de las mil y una noches de Petro, el 7 de agosto. El genio de la lámpara nos demostró que este país va muy bien y que reina la paz y la honestidad en nuestra patria. ¡Lindo vivir en ese país imaginario de nuestro galáctico orate! (Opinión).
Sígueme en Facebook:
Supernoticias. Juanpaz.net Calitv. CNC+. Oye Cali. News Full Cali. Caliweb.


Más historias
La furiosa desinformación
No hay tiempo y espacio para jugar a ser presidente
No más burlarse del electorado