
Por Claudia Posada (foto)
Sin duda tenemos en Colombia seguidores estudiosos de los métodos de Gene Sharp, norteamericano reconocido por su famoso ensayo (casi clandestino, pero miles de veces repartido a manera de folleto): «De la dictadura a la democracia»; fue protagonista de actividades estratégicas durante toda su fructífera vida en función de orientar cómo derrocar, sin violencia, a los tiranos; mejor, combatiéndolos con armas psicológicas, políticas, económicas y sociales para enfrentar la opresión y la injusticia. Bien sabemos que en nuestro país se asegura que se intenta tumbar al presidente de izquierda Gustavo Petro, y como él mismo lo ha dicho explícitamente, mediante un golpe de Estado blando; extraña, eso sí, que sea justamente siguiendo la teoría de Gene Sharp con su filosofía del Golpe Blando contra los tiranos, pues no estamos bajo un régimen absolutista, ni Petro es un dictador. Ser de izquierda no necesariamente va de la mano o se equiparan con ser un autócrata.
Las herramientas creación del politólogo Sharp, describen etapas tácticas para provocar la desestabilización enfocada a precipitar la derrota de gobiernos dictatoriales. “Por décadas, la gente que vive bajo gobiernos autoritarios ha hecho peregrinaje hasta donde vive Gene Sharp en busca de consejo”, señaló hace años en uno de sus informes la BBC News Mundo. (Gene Elmer Sharp murió en Boston el 2018 a la edad de 90 años) Como ideólogo de la revolución pacífica fue nominado al Premio Novel de Paz en varias ocasiones; se supo que intercambiaba cartas con Albert Einstein, quien le había apoyado durante su prisión pues siendo joven a Sharp lo condenaron a dos años de cárcel por negarse a pelear en Corea. Para el sociólogo Sharp los movimientos pacifistas son un poco ingenuos y románticos, y consideró que para ser verdaderamente efectivos en la revolución pacífica tenía que ponerse en el centro de los problemas originados en gobiernos despóticos, el concepto fundamental de poder.
Si bien es cierto que al presidente Petro parece gustarle poner a rodar balones a ver cómo y a dónde caen y qué tal los rebotes, esa maniobra puede serle perjudicial pues se presta a interpretaciones amañadas y ahí es, como tantas otras veces, que da tiro para que lo enreden. En Colombia no se dan los procesos deliberativos que requiere toda sociedad democrática, y precisamente un componente de la estrategia para distorsionar la verdad, es generar confusión y malos entendidos; todas esas prácticas que ayudan a los golpes blandos han sido denunciadas por el Presidente de los colombianos y sus simpatizantes, pero es que él mismo, con su estilo comunicacional tan particular, favorece los barullos bien aprovechados por los contrarios. Las destrezas de la derecha colombiana son muy similares a los contenidos del manual “De la dictadura a la democracia” pero aplicados por quienes Sharp tal vez no querría ayudar porque es la justicia para con los oprimidos lo que siempre defendió, no la astucia de la derecha.
Sharp centró una investigación suya en torno al poder y se doctoró con la tesis «La política de la acción no violenta: un estudio sobre el control del poder político, en la Universidad de Oxford. Sabiéndose esto, y retrotrayéndolo al ahora en Colombia, no queda duda de que la estrategia de desprestigio, con el apoyo de medios tendenciosos que les sirven a través de la desinformación, presenciamos diariamente cómo se tergiversan, por igual en redes sociales, los mensajes emanados del gobernante Petro, si se observan sin presiones de terceros, las habilidades de los opositores conducentes, sin duda, a recuperar el poder perdido en las urnas democráticamente. Pero el trabajo de Gene Sharp es clarísimo en su intención de dar elementos para combatir mandatos y mandatarios invasores, opresivos, o despóticos en busca del poder posicionado sin timidez, ni bajos perfiles. Es decir, para él, es preciso el control del poder político; no someterse como gobernados bajo regímenes dictatoriales, al poder del autócrata. En resumen: Se justifica hacer la revolución pacífica.
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