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· ¿Han hecho cuentas cuántos presidentes de los equipos profesionales del fútbol colombiano han renunciado por el bajo rendimiento de un club?
· ¿Cuántos? Está muy claro que la decisión en el Atlético Nacional, la decisión de la señora Carolina Ardila, la que manda en el club verdolaga, es aplacar el descontento y la ira de su hinchada por el pésimo manejo del equipo.
· Y en este manejo tiene que ver directamente ella, porque es la que manda en Nacional, sin tener ningún cargo en especial.
· Doña Carolina, la nieta de Carlos Ardila Lulle e hija de Antonio José, desarmó el equipo para engordar las arcas de su empresa Elite Player, “dedicada a encontrar, asesorar y proyectar jugadores de élite para el fútbol de alto nivel”.
· Y claro, qué mejor que cortarle la cabeza al presidente Mauricio Navarro, un hombre que le ha dedicado toda su vida al Atlético Nacional, y que no se ha lucrado del club, somo sí lo ha hecho ella, sin importarle los intereses del elenco verde, ni el dolor de la hinchada.
· Pero hay que decir la verdad sin tapujos: doña Carolina es la responsable de la peor campaña que ha hecho el Nacional en toda su historia. Aunque ella ya se lavó las manos como Pilatos.
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