19 abril, 2024

Primicias de la política, empresariales y de la farandula

Este sí las tiene donde deben estar

Lástima que la politiquería se imponga sobre la necesidad de tener funcionarios de alto calibre, como ha demostrado serlo el actual Superintendente de Industria y comercio, Pablo Felipe Robledo (foto).

Para darle coloca a cualquier apadrinado por un político, con el fin de cumplir compromisos adquiridos, Robledo se va de la Superintendencia donde ha realizado la mejor gestión que se recuerde.

El funcionario saliente, ejemplo para tantos mediocres que succionan la generosa teta oficial, sí mostró tener esa “fuerza testicular”, como en afortunada frase describiera el ex presidente Julio César Turbay esa virilidad bien hormonada que a tantos les falta en el ajetreo de la vida pública.

Sin temblarle la mano sancionó a empresas y personas que parecían intocables, y dio ejemplo a todos de cómo debe ejercerse una función en servicio de la comunidad y no de esos oscuros intereses que se mueven por los subterráneos de la burocracia.

En el final de su excelso mandato, hasta tuvo el temple de afirmar que no descolgaba de su oficina el retrato de Juan Manuel santos, porque “él fue mi presidente en estos ocho años”.

Hombría y lealtad hasta lo último de este bien ido y admirado Superintendente de Industria y Comercio.  Ojalá siquiera diez altos funcionarios fueran la mitad de él. (EJE XXI).