Todo parece indicar que el conflicto entre la Sala Penal de la Corte y la JEP, por el caso del exparamilitar y exgobernador de Sucre, Salvador Arana, se resolverá a favor de la segunda.
El editorial de hoy de El Nuevo Siglo es muy jurídico, pero parte de la base que Arana era un servidor público pero olvida este diario que fue siempre un paramilitar, quien estuvo al servicio de las AUC desde antes de llegar a la Gobernación de Sucre, al lado del senador el gordo Alvaro García.
Recuerden que Salvador Arana cayó principalmente por el crimen del valeroso alcalde de El Roble, Sucre, Eubaldo Díaz, hace 11 años, y quien dos semanas antes de su asesinato, gritó en un concejo comunal con el entonces presidente Uribe, y el gobernador presentes: ¡Presidente, a mí me van a matar”!
Lo encontraron muerto en un potrero 15 días después de su denuncia, el 5 de abril de 2003.
Pero el alcalde tuvo la previsión de esconder en el talón de una de sus botas, un papel con el nombre de la persona que lo había citado a esa reunión: el gobernador Salvador Arana.
Mientras avanzaba la investigación, el presidente Uribe nombró a Arana como embajador en Chile.
Salvador Arana y el político exsenador Alvaro García Burgos manejaban los hilos del paramilitarismo en Sucre, y todos los contactos con las AUC. Ambos purgan condenas de 40 años.
La JEP no le concedió la libertad a Arana y la familia del alcalde asesinado denuncia que aún la siguen amenazando, razón por la cual algunos de sus miembros tuvieron que huir del país…
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